
Fuente: EFE
Por Cristina Bazán
2 de abril 2024
Escritoras, pintoras, actrices, directoras, cantantes y otras artistas de Mozambique, en el sureste de África, se enfrentan a la precariedad económica, a la invisibilización, a la violencia de género y a los estereotipos mundiales sobre lo que sucede en su país para poder sacar adelante su arte y sostener una industria local que tiene grandes mujeres referentes.
El 55 % de las creadoras mozambiqueñas han señalado que el arte no constituye su principal fuente de ingresos y el 77 % reciben ingresos irregulares, según una reciente investigación denominada Mujer y Arte Contemporáneo en Mozambique, publicado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo.
Además, cerca de la mitad de ellas financian sus proyectos artísticos con recursos propios. Por ejemplo, en el ámbito literario, algunas escritoras han recurrido a la inversión personal para publicar sus obras, mediante la autoedición. Lo mismo sucede en otras áreas como el teatro o el cine donde las artistas han revelado que dependen exclusivamente de su capital personal, derivado a menudo de empleos secundarios, señala el informe.
“Por un lado existe una falta de apoyo del Gobierno y también una predominancia masculina en puestos de responsabilidad en el sector. Además, en algunas provincias de Mozambique muchas veces no se les permite acceder a espacios públicos, hay muchos prejuicios. Por ejemplo, me sorprendió bastante que en el área de danza las artistas me decían que sufrían mucho acoso sexual. Por otro lado, la dedicación al cuidado del hogar también imposibilita que ellas puedan desarrollar su potencial”, explica a Efeminista la responsable del estudio, Clara Pavón.
La autora dice que cuando las artistas de Mozambique quieren mostrar su arte muchas veces se chocan con prejuicios sobre la situación del país. “Como el tema de los desastres humanitarios o a veces cuestiones de género que son importantes y suceden, pero también hay artistas que escriben sobre temas filosóficos, que parece que no llaman tanto a la audiencia internacional precisamente por esos prejuicios que a veces hay sobre los países africanos”, menciona.
Las artistas en Mozambique
Este estudio nació de la necesidad de conocer la realidad de las artistas en Mozambique, especialmente la socioeconómica, ya que no existían datos ni informes sobre su situación. “Tampoco había ningún estudio integral sobre todas las áreas ni tampoco sobre su recorrido artístico y profesional que ayude a dar visibilidad a estas mujeres que muchas veces están en el anonimato y a dar más voz a sus proyectos para que puedan conseguir más financiación”, señala Pavón.
Como el Gobierno carece de datos, dice, y tampoco está inscritas ni en la seguridad social ni en ningún tipo de prestación social encontrarlas para conversar sobre su realidad fue muy difícil, por lo que la autora tuvo que contactar con asociaciones y centros culturales de diferentes provincias, muchos de ellos liderados por hombres.
“Algunas están destacando fuera del país, como es el caso de Élia Gemuce, quien ha participado en ferias internacionales de arte como ARCO y se ha dedicado a exportar a artistas mozambiqueñas. También en el mundo del teatro, por ejemplo, la persona que fundó la primera compañía de teatro profesional en Mozambique después de la independencia de Portugal fue una mujer que se llama Manuela Soeiro. Y en la literatura existen destacadas mujeres como Paulina Chiziane, laureada con el Premio Camões en 2021, pero ella misma está muy estigmatizada en el país porque pone muy en tela de juicio todas las estructuras de género de los matrimonios desiguales, de la poligamia y de los ritos de iniciación”, señala.
Debido a la masculinización de los liderazgos asociativos, las mujeres optan por crear sus lugares alternativos y feministas para poder darse a conocerse a nivel nacional. En esos espacios también dan cabida a nuevas generaciones para que puedan desarrollar un poco más su arte.
Además de retratar la invisibilización y las trabas que sufren, la investigación también pone luz en las históricas artistas que abrieron camino y que, pese a mayores obstáculos, lograron una evolución de ciertas artes, como la cinematográfica, y sobre otras nuevas que intentan romper techos de cristal e imponerse en sectores hasta ahora ocupados por hombres.
“A pesar de que el terreno inicialmente presentó desafíos para la participación femenina, pioneras como Isabel Noronha abrieron camino, participando inicialmente en roles de asistencia a la producción y dirección, para emprender sus propios proyectos en la década de los 90. Actualmente, cineastas como Yara Costa, Lara Sousa y Gigliola Zacara pertenecen a una nueva ola de directoras en el país”, se detalla.
La música, por su parte, se ha desarrollado en diferentes géneros y estilos de la mano de una nueva generación de creadoras como Lenna Bahule, Regina dos Santos o Silke, mientras que la fotografía está experimentando un renacimiento con artistas jóvenes como Thandi Pinto, Dilayla Romeo, Júlia Guirrigo y Lillian Benny.
Apostar por el arte hecho por mujeres
Clara Pavón señala que este estudio ha permitido a muchas de las artistas participantes sentirse acompañadas. “Porque a veces, al no haber más sindicatos o asociaciones, parece que hay un aislamiento en las experiencias, entonces muchas me decían que se veían reflejadas en la información”.
Por lo que cree que es indispensable que el Gobierno y organismos internaciones empiecen a crear programas que puedan ayudarles a financiar sus obras o sus proyectos artísticos. “Yo creo que lo más importante es trabajar en encontrar canales de distribución nacionales y internacionales, para que, por ejemplo, las escritoras puedan publicar sus libros sin tener que financiarlos ellas mismas. Lo mismo para la música, ya que con las nuevas plataformas muchas mujeres se quedan fuera”, explica.
También cree que es vital fomentar espacios de formación para ciertas áreas como producción de música o para que ellas puedan entender el tema de los derechos de autor o de marketing.
“En Mozambique existe mujeres en todas las áreas como el cine, la fotografía, el teatro, la literatura y las artes escénicas que creo que se merecen un mayor reconocimiento y que están haciendo cosas muy interesantes”, concluye.