El año pasado se practicaron 85.445 abortos en Cuba a niñas y mujeres de entre 12 y 49 años: son 41,9 interrupciones por cada 100 embarazadas. Parecen muchas, pero son la mitad que hace 12 años
LA HABANA, 1 sep 2017 (IPS) – El discurso antiabortista se está abriendo paso en Cuba, un país donde esta práctica es gratis y segura desde hace cincuenta años. De ahí la preocupación de activistas y feministas que apoyan y defienden el derecho al aborto a capa y espada.
Pese a que desde 1999, cuando el Papa Juan Pablo II visitó Cuba, las autoridades empezaron a hacer hincapié en que el aborto no es un anticonceptivo, los datos registrados en la Isla el año pasado dan qué pensar. En 2016, se realizaron 85.445 abortos a mujeres y niñas de entre 12 y 49 años: son 41,9 interrupciones por cada 100 embarazadas. Parecen muchos, pero son la mitad de los que se hacían hace doce años. Paralelamente se estimó que el 77,1% de las cubanas en edad fértil, con pareja declarada usaron anticonceptivos.
Estas cifras están detrás de la baja natalidad en la Isla y el cada vez mayor envejecimiento de la población.
“El discurso Pro Vida (antiabortista), como tantos otros elaborados para dar argumentos a favor de restaurar medidas represivas contra el aborto, ignora como siempre a una de las partes más importantes de este tema: la mujer”, dijo a IPS la socióloga Reina Fleitas, muy reconocida por sus investigaciones de género y desarrollo local.
La experta fue más allá y lamentó que “el silencio o la desvalorización de la situación de las mujeres es una constante”, cuando se habla de problemas actuales como la baja lactancia materna exclusiva, poca cantidad de hijos por mujer y el acelerado proceso de envejecimiento de la población cubana.
Cuba es uno de los tres países de América Latina que despenalizó la interrupción voluntaria del embarazohasta las ocho semanas de gestación, en una región donde aún en cuatro países se penaliza en forma absoluta el aborto (Chile acaba de despenalizarlo en tres supuestos) y en otros muchos ha costado que se permita en causas extremas como violación y peligro de muerte para la madre.
Al no ser incluidas en las estadísticas, existe “una subestimación del nivel de aborto en los años recientes, dado que se considera que el 70% de estas regulaciones menstruales interrumpen un embarazo no deseado”, señaló la doctora María Elena Benítez, en un estudio publicado en 2014.
En “La trayectoria del aborto seguro en Cuba: evitar mejor que abortar”, resaltó que son las cubanas quienes toman la decisión de abortar o continuar el embarazo, en una parte por su empoderamiento y, en otra, por la escasa responsabilidad de los hombres en la reproducción y “las consecuencias derivadas de relaciones sexuales no protegidas”.
Razones para abortar
La experta enumeró razones para decidir no proseguir con su embarazo: edad impropia para gestar, embarazo muy próximo al último parto, la difícil situación económica; desconocimiento, mal uso, fallos y poca disponibilidad de anticonceptivos, obstáculos a proyectos personales, prejuicios y malas condiciones materiales y familiares.
“Es necesario aceptar que la interrupción de un embarazo es algo traumático para una madre en potencia”, dijo a IPS la editora y feminista Pilar Sa. “Quien haya pasado por ese duro momento sabe cuán difícil es tomar esa decisión”, compartió, al tiempo que instó a también “potenciar la educación sexual, ética y moral en los hombres”.
El escritor José Miguel Sánchez , conocido como Yoss, calificó de desactualizado el discurso del movimiento antiabortista “en estos tiempos de explosión demográfica y escasez de recursos”.
El autor de ciencia ficción, muy activo en los debates sociales, también lamentó que, en alguna medida, sea “fomentado cada vez más, por un Estado (el cubano) que teme quedarse sin mano de obra en un futuro cercano si no nacen más niños”.
Liane Ramos, quien confesó que nunca le han practicado un aborto a sus 46 años, instó a los centros de salud y educativos a “incentivar el conocimiento de este derecho y a abordarlo de manera responsable porque tiene riesgos para la salud física, psicológica y sexual de las mujeres”.