
Nuestra organización Mujer y Ciudadanía ha realizado el Foro Análisis sobre la situación de los DESCA en Venezuela, y su efecto en la migración, el cual organizamos con el fin de reafirmar, nuevamente, las preocupaciones que sentimos en la sociedad civil venezolana por la creciente desigualdad económica, social, cultural y ambiental en Venezuela, donde a pesar de tener una Constitución espléndida en temas de los DESCA, nos damos cuenta que solo sirve como texto jurídico ante los organismos internacionales, pues no sea aplica para ayudar a solventar la realidad que se vive en el país.
En Venezuela tenemos una crisis por el incumplimiento de los derechos económicos, sociales, culturales, ambientales, civiles y políticos, donde las condiciones de vida de las y los venezolanos de todas las edades empeoran según pasan los días, les doy algunas cifras: 94,5% de pobreza generalizada (ENCOVI, 2021), desaparición total de la clase media, menesterosidad o pobreza extrema de 76,6% de la población y concentración de la riqueza en tan solo un 5,5% de la sociedad venezolana.
Otro dato que refleja este drama es la desnutrición infantil de 40% de los menores de 2 años. La situación de la vejez es la peor de toda América y quizás del mundo. Muchos de los asegurados, pensionados y jubilados perecen de hambre, mueres por enfermedades curables y soledad con ingresos de $16 por mes.
Los derechos educativos y culturales están por el subsuelo. Universidades cerradas de facto sin presupuesto, por problemas graves de infraestructura y ausencia de profesores. Liceos que no dictan materias básicas como física, química y matemáticas por ausencia de profesores. Escuelas sin maestros. Todos ellos migran a otros oficios mejor remunerados o, simplemente, se van del país pues prefieren cruzar la selva de Darién , el desierto de Atacama o el río Bravo que seguir padeciendo más esta realidad.
En el mismo sentido, somos un país sin periódicos impresos ni prensa libre, con librerías cerradas. Un país que no lee es cada día más esclavo de sus amos. La memoria histórica y cultural se ha perdido. La posverdad oficial hace uso de sus herramientas para decir lo que quiere y lo que le conviene a los niños y jóvenes formando un pensamiento único.
Pero, la situación es doblemente grave porque el sufrimiento físico y mental se ha hecho insoportable para los 6.805.209 de Venezolanos Refugiados y Migrantes en el mundo.
En América Latina y el Caribe tenemos a 5.745.664 de hombres, mujeres, niños/as y viejos que emigran forzadamente. Estos millones de venezolanos no están de turismo: Sobreviven en la diáspora.
A todo ello se suma el desastre ambiental producido por la minería ilegal que afecta de forma directa e inmediata a los pueblos y comunidades indígenas de toda la amazonia. E impacta, también a toda la humanidad por la conducta ecocida que allí se produce por empresas, asociados, los grupos irregulares de delincuencia organizada y política, los garimpeiros, las personas que allí se enriquecen con el saqueo y contrabando de los minerales estratégicos.
Gracias amigos latinoamericanos, por apoyarnos en la urgencia de un cambio político, institucional, jurídico y personal de todo lo que nos ha traído hasta este punto. Se requiere la ayuda de nuestros hermanos latinoamericanos, para impulsar un proceso hacia una genuina transición a la democracia con imperio de la justicia y los derechos humanos.
En este sentido, Mujer y Ciudadanía, Empodérame, Veneactiva y Consorcio desarrollo y Justicia llevaron a esta 52° Asamblea General de la OEA, el grito de ayuda de la sociedad civil venezolana que pide a las Américas que caminemos juntos contra la desigualdad y la discriminación de sus DESCA, para evitar que siga esa salida abrupta y desordenada de nuestros hijos, ese desangre filial por las fronteras venezolanas.
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