
6 junio 2025
Guatemala violó los derechos de Fátima (nombre protegido), una niña de 14 años que quedó embarazada tras ser violada repetidamente, al obligarla a continuar con la gestación y a asumir una maternidad forzada, según una decisión del Comité de Derechos Humanos de la ONU publicada este 5 de junio.
Los expertos que integran la instancia de Naciones Unidas examinaron el caso que fue presentado por el movimiento Son niñas no madres y concluyeron que esa situación vulneró los derechos a una vida digna y a la autonomía reproductiva de la menor, y que también constituyó un trato comparable a la tortura porque se le negó acceso a un aborto legal.
Eso implicó obligarla a asumir “responsabilidades parentales en circunstancias coercitivas” que no se limitaron a forzarla a llevar su embarazo a término, sino también a amamantar a su hijo a pesar de su deseo expreso de no verlo ni de participar en su cuidado.
“La violencia sexual y el embarazo forzado le causaron profundos sufrimientos que la llevaron a dos intentos de suicidio como única manera de escapar a su futura maternidad forzada”, explica la decisión del Comité, que no tiene peso coercitivo, pero sí el valor de un dictamen jurídico imparcial y ajustado al derecho internacional.
Aborto legal en Guatemala
Aunque el Código Penal guatemalteco permite el aborto en situaciones específicas y cuando está en riesgo la vida de la madre, el Comité ha aclarado que en la práctica el acceso al aborto legal es prácticamente imposible.
“Este es el cuarto caso que el Comité ha examinado recientemente sobre situaciones similares terribles ocurridas en otros Estados de la subregión”, ha señalado Hélène Tigroudja, miembro del Comité en una declaración transmitida a la prensa en Ginebra, donde se realizan las sesiones de este órgano tres veces al año.
“Ninguna niña debería ser obligada a llevar en su vientre al hijo de su violador. Hacerlo, le arrebata su dignidad, su futuro y sus derechos más fundamentales. Es un acto de profunda crueldad”, ha agregado.
A esta situación se suma la impunidad del autor de este crimen que fue denunciado por la madre de la niña cuando supo lo ocurrido.
Según el Comité, el agresor, así como su esposa y otros familiares, intentó sobornar y luego amenazó a la madre de la víctima, y finalmente logró evadir la justicia.
“Guatemala no investigó adecuadamente la violación ni tomó medidas efectivas para procesar al imputado”, ha sostenido el Comité.
Justicia para Fátima en la ONU
En enero, el Comité ya había fallado en favor de otras tres niñas de Ecuador y Nicaragua y responsabilizó también a los Estados por obligarlas a llevar embarazos no deseados y productos de violaciones.
Para el movimiento Son niñas no madres, esta decisión del Comité de la ONU constituye “un precedente fundamental en la protección de los derechos humanos de niñas víctimas de violencia sexual y reafirma la responsabilidad del Estado de Guatemala en garantizar el acceso a la justicia, la reparación integral y la no repetición”.
Catalina Martínez, vicepresidenta para América Latina y el Caribe del Centro de Derechos Reproductivos, ha dicho que con esta decisión del caso de Fátima se ha reconocido algo que la sociedad no puede seguir ignorando: “Ninguna niña en este mundo debe ser forzada jamás a convertirse en madre”.
“Nuestras niñas nacieron para aprender, para jugar, para soñar con futuros brillantes, no para maternar ni cargar con las consecuencias de la violencia. La maternidad forzada es una forma de tortura”, ha señalado.
El órgano de la ONU ha instado al Estado de Guatemala a crear un sistema de registro y monitoreo de los casos de violencia sexual, embarazo y maternidad forzada en niñas y adolescentes para ayudar a su erradicación.
También le ha solicitado reparar el daño infligido a la joven violada en su niñez facilitándole el acceso a la educación superior y a las actividades extracurriculares que ella considere necesarias para poder alcanzar sus metas.
Fuente: EFE