La persona en cuestión había instalado en ese pequeño espacio una computadora, un escritorio y una cafetera
Fuente: Infobae
Por: Evelin Meza Capcha
12 de mayo 2024
En un incidente que captura la atención y despierta la curiosidad, una mujer de Michigan de 34 años fue descubierta viviendo de manera insólita dentro del letrero de una tienda de comestibles en Midland, a unos 210 kilómetros al norte de Detroit.
Este descubrimiento realizado el pasado 23 de abril, reveló que la mujer, quien no poseía un hogar, había adaptado el espacio del letrero para convertirlo en su residencia durante casi un año. Dentro del confinamiento de 1,5 metros de ancho por 2,4 metros de alto, la mujer había instalado un escritorio, una computadora, una impresora y una cafetera Keurig, creando un entorno que muchos considerarían como un espacio de vivienda poco convencional.
La inspección inicial surgió después de que contratistas de la tienda notaran que un cable de extensión se conectaba desde un enchufe en el techo hasta el interior del letrero, lo que resultó en la detección de su inhabitual morada. El oficial de policía de Midland, Brennon Warren, compartió su asombro ante el hallazgo, mencionando que “es una historia que te hace rascarte la cabeza, simplemente alguien viviendo en un letrero”.
Este caso destaca la creatividad y la determinación de la mujer para establecer su espacio personal, aun en las circunstancias más inesperadas.
La mujer explicó a las autoridades que había estado ocupando este espacio mientras trabajaba en otro lugar, lo que plantea interrogantes sobre las circunstancias que la llevaron a elegir un letrero de tienda como su hogar temporal. A pesar de lo inusual de la situación, la reacción de SpartanNash, la empresa matriz de Family Fare, fue de “compasión y profesionalismo”, según se informó en un comunicado. La empresa subrayó la importancia de abordar el problema del acceso a viviendas seguras y asequibles, un desafío persistente en todo el país.
El acceso al interior del letrero se lograba desde el techo de la tienda y contaba con una puerta, aunque el oficial Warren destacó que no había indicios de cómo la mujer había conseguido subir allí inicialmente, ya que no se observaron señales de una escalera o cualquier otro medio de ascenso. La policía ofreció a la mujer información sobre servicios disponibles en el área para asistirla, luego de lo cual ella se disculpó y se retiró, dejando atrás el misterio de su próximo destino.
Este caso singular ha resonado profundamente en la comunidad de Midland y más allá, poniendo de relieve las situaciones extremas a las que algunas personas pueden llegar por falta de acceso a vivienda adecuada. La psicología detrás de la decisión de la mujer de vivir en tal reclusión, junto con la logística de cómo logró transformar un espacio tan limitado y no convencional en un hogar funcional, continúa fascinando y generando debate.
“Había algunos pisos que estaban colocados, un mini escritorio, su ropa”, narró el oficial Warren, ilustrando la extensión de los esfuerzos de la mujer para crear un sentido de normalidad y confort dentro de las restricciones de su peculiar habitat.
Para concluir, este caso no solo captura la imaginación pública por su singularidad, sino también resalta el grave problema de la falta de vivienda y la necesidad de soluciones integrales que garanticen el acceso a alojamientos seguros y asequibles para todos. En un acto de solidaridad y comprensión, la respuesta de la comunidad demuestra la importancia de abordar estas cuestiones con empatía y compromiso colectivo. La historia de la mujer dentro del letrero de Family Fare en Midland, Michigan, sirve como un potente recordatorio de las realidades humanas detrás de los titulares de noticias.