
24 mayo 2025
A veces, tengo la sensación de que las tensiones están en aumento y que una simple interacción puede reflejar nuestras dificultades para comunicarnos. El mes pasado, mientras me encontraba en un supermercado, viví una situación que lo ilustró perfectamente. Al pedir permiso a una señora que obstruía el pasillo con su carrito, su reacción fue desproporcionada: comenzó a gritar que no se dejaría presionar por nadie y vociferó en el local durante varios minutos, ante el asombro de todos los presentes. Lo sorprendente fue que esto se convirtió en un cabildo abierto, donde varias personas empezaron a expresar opiniones, algunas altisonantes e innecesarias. Este episodio me hizo reflexionar sobre cómo, en lugar de dialogar, muchas veces optamos por la confrontación.
En momentos como esos, es fundamental recordar la relevancia del diálogo y la empatía, así como contar con herramientas que faciliten la comunicación y puedan ayudarnos a construir un entorno más armónico.
Incluso, aunque nuestras diferencias pueden ser evidentes, es esencial no caer en la trampa de ponernos a la defensiva ni actuar de forma reactiva ante un desacuerdo. En lugar de eso, comprometámonos a vivir en armonía y trabajar en pro del bien común para beneficio de todos.
Las disputas y la polarización no solo dañan nuestras relaciones personales; también desgastan el tejido social y político que nos une. Por ello, es importante procurar superar el resentimiento y crear espacios donde todas y todos puedan expresar sus ideas y conversar sinceramente sin miedo a ser juzgados o atacados.
Teniendo en cuenta lo anterior, el Centro de Asesoría Legal Padre Olaso ha impartido recientemente un taller en colaboración con el Centro de Participación Ciudadana de la Universidad Monteávila sobre Resolución de Conflictos Comunitarios. Este taller fue muy significativo porque buscó abrir caminos hacia el diálogo y el entendimiento, explicando la mediación como un mecanismo alternativo de solución. Es importante destacar que la mediación requiere pautas claras, fomenta un ambiente colaborativo entre las partes y se centra en resolver conflictos mediante el trabajo conjunto.
En todo caso, tengamos en cuenta que aunque los conflictos en nuestra familia, trabajo o comunidad son inevitables, su resolución pacífica es clave para crear un entorno saludable. Cuando nos encontramos ante desavenencias, la auto-reflexión también juega un papel crucial y saber cómo manejarlas es fundamental, ya que permite enfrentar estas situaciones con cuidado y de manera constructiva. Vale recordar que explorar nuestras propias emociones y aprender a regularlas nos permite interactuar sin herir a los demás.
Además, desarrollar habilidades de comunicación efectiva y afectiva, escuchar activamente y encontrar puntos en común —incluso ante desacuerdos profundos— son temas que hemos ido impartiendo en diferentes talleres y continuaremos perfeccionando con nuestros próximos facilitadores , porque estamos convencidas y convencidos que el único camino que se debe transitar es el de la paz y el diálogo sincero.
Considerando lo anterior, tenemos que evaluar conscientemente nuestras reacciones ante opiniones contrarias, porque si son a menudo impulsivas y cargadas de emociones negativas, entonces aún nos queda mucho trabajo por hacer. Aprender a identificar y manejar estas emociones puede ser transformador y adquirir las técnicas para regular nuestras respuestas emocionales, resultan esenciales para mantener un diálogo constructivo.
Como venezolanas y venezolanos, tenemos una rica herencia de bondad y sensibilidad que nos caracteriza. Nuestra capacidad para preocuparnos por los demás es una fortaleza que debemos aprovechar, por tanto sigamos sembrando semillas de entendimiento y respeto, en cada interacción y conversación que tengamos y procuremos siempre, seguir construyendo un futuro donde la paz y la colaboración prevalezcan, demostrando al mundo que el gentilicio venezolano es sinónimo de esperanza.
Diannaly Muñoz: Abogada. Egresada del Diplomado Mujeres como Agentes de Cambio (Asociación Civil Mujer y Ciudadanía-Universidad Monteávila), Directora del Centro de Asesoría Legal Padre Olaso. Profesional con un gran sentido de la justicia, alto nivel de experiencia en materia procesal, hidrocarburos, Derechos Humanos de las mujeres y equidad de género y un verdadero interés por asesorar y orientar a particulares para la solución de problemas legales así como su acompañamiento en trámites ante instituciones públicas o privadas, habilidades para redacción de documentos y recopilación de documentación e información.
Excelente artículo y de mucha realidad, sencillamente de mucha reflexión para ayudar al crecimiento personal y de convivencia.