México

Fuente: Zona Docs
Por: Mariana Mora
30 de julio 2023
Ante la crisis de salud pública por enfermedad renal en la región, un grupo de mujeres se organiza en Agua Caliente -en el municipio de Poncitlán, Jalisco- para echar a andar un huerto comunitario de plantas medicinales. Aunque hay factores más allá de su control, apuestan por la organización colectiva para cuidar su salud.
Un grupo de mujeres y niñas están paradas en círculo. La consigna es pasarse energía a través de las manos que no se tocan.Tienen los ojos cerrados y cada una debe imaginarse a sí misma como parte del huerto que están gestando. Algunas dijeron que eran el agua. Hubo quien dijo ser el tinaco, porque en un huerto es importante tener agua acumulada y contenida para el riego. Gregoria De Jesús Díaz, una mujer bajita, de sonrisa cálida, dijo que ella se imaginaba siendo la tierra porque “sobre ella estamos”, aunque está desnutrida, al igual que sus cuerpos. A esto, Flor López Sánchez, agrónoma de la Escuelita Benita Galeana, respondió que, al igual que a sus cuerpos, la tierra se puede nutrir y por eso están allí.
Es mayo de 2023 y están reunidas en la telesecundaria de Agua Caliente para comenzar una composta comunitaria con los desechos orgánicos de sus casas que sirva para alimentar el suelo de su huerto. Este proyecto comenzó hace tres años, cuando Goya -como la llama todo el mundo- y sus compañeras identificaron en un diagnóstico comunitario que una de las necesidades más urgentes de su comunidad era atender su salud.
atender su salud.
El municipio de Poncitlán, donde se encuentra Agua Caliente, ha atraído la atención pública por la alta prevalencia de enfermedad renal y otras enfermedades crónico degenerativas en su población. A nivel nacional, la Secretaría de Salud (SS) reportó en 2021 una tasa de defunción por enfermedad renal crónica (ERC) de 10.9 por cada cien mil habitantes. En Poncitlán, de acuerdo con su Registro Civil, es de 21.01 de 2010 a la fecha. Casi el doble. Las autoridades municipales de Poncitlán no proporcionaron datos para cada año, lo cual dificulta saber la progresión de la crisis de salud pública. Además, de acuerdo con el registro estatal de Enfermos Renales Crónicos, los registros de personas enfermas en Poncitlán representan el 3.13% del total de Jalisco; sin embargo, la población de Poncitlán constituye solo el 0.64% del estado.
Hasta el día de hoy, el consenso médico, científico y político sobre las causas es opaco y acude a la multicausalidad como una forma de no señalar un solo factor sobre el cual podría actuarse.
Entre los múltiples factores que explican la situación de salud, la alimentación es donde ellas tienen más posibilidad de incidencia. Los otros tienen que ver con contaminación, marginalidad e inseguridad hídrica. Por esto, la idea de un huerto orgánico de plantas medicinales que propusieron las mujeres de la Escuela Benita Galeana resonó como una manera de autogestionarse la salud.
“Pues fue a través de Gregoria que llegamos a conocer a las de la Escuela”, narra Dulce De Jesús Díaz, hermana menor de Goya, sentada en su cocina rodeada por sus demás hermanas. A sus espaldas, sobre el fogón de leña, cuelgan utensilios ennegrecidos por el hollín. Entre sus pies, una docena de pollitos husmea morusas de maíz. Las cinco hermanas cuentan cómo fue el proceso de construir con ellas una alternativa ante los problemas que afectaban su comunidad.
La Escuela para Defensoras Benita Galeana es un proyecto ecofeminista de educación popular que crearon siete mujeres en 2015 para la formación política y de liderazgos de mujeres que se encuentran en territorios rurales de Jalisco. Desde entonces han trabajado en 17 municipios del estado acercando conocimientos de agroecología y ecotecnologías a las comunidades, de acuerdo con las necesidades y deseos que éstas manifiestan. También tienen un mercadito de economía social solidaria donde se venden los productos de las personas con las que trabajan y en 2017 articularon la Red de Defensoras de Jalisco, para luchar por la salud de sus cuerpos y territorios.