29 noviembre 2024
El 25 de noviembre, conmemoramos el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, y es una fecha propicia para reflexionar sobre las dificultades que enfrentan muchas mujeres en Venezuela, donde las distintas formas de violencia reconocidas en la Ley Orgánica sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia se ejercen a diario, alcanzando niveles alarmantes.
Por ello, es fundamental estar informadas sobre que constituye violencia a la mujer, y analizar cómo nos están tratando nuestras parejas, padre, hermanos, amigos y compañeros de trabajo, entre otros, para no normalizar esta dura realidad. Aún hoy, muchos hombres sostienen una visión distorsionada del poder y ven a las mujeres como posesiones. Estas creencias, transmitidas culturalmente, contribuyen a perpetuar la violencia, y nosotras a menudo, sin darnos cuenta, también repetimos patrones que hemos aprendido desde pequeñas, así que desde ahora podemos estar más atentas a esta situación.
Es importante tener en cuenta que la ley prohíbe el uso de mediación o conciliación en casos que impliquen violaciones o amenazas a la vida e integridad física, por tanto, recordemos siempre que cada acto de violencia hacia la mujer es inaceptable y debe ser denunciado. El silencio solo alimenta el ciclo del abuso.
¿Quiénes pueden denunciar?
La víctima, y también pueden hacerlo familiares consanguíneos o afines y terceros que tengan conocimiento y sean testigos del delito, así como personal de salud de instituciones públicas o privadas, las defensorías de los derechos de la mujer, las organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres y los consejos comunales.
No podemos permitir que los Derechos Humanos de las mujeres sea cual sea su rol, estén siendo vulnerados, por eso hacemos un llamado a todas las personas para que levanten su voz y no toleren ninguna forma de agresión.
Asimismo, es muy importante educar a las nuevas generaciones en valores como el respeto, la igualdad y la empatía para poder romper con los patrones machistas que han estado arraigados en nuestra sociedad, y construir un país donde la igualdad, la equidad y el respeto sean la norma, permitiendo que cada mujer viva sin miedo y con dignidad.
De la misma manera, este día es una oportunidad para celebrar la fortaleza y el coraje de aquellas que han logrado romper con el ciclo de la violencia y han conseguido una nueva vida. Salir de una relación violenta es un acto que sin duda requiere una profunda fuerza interior, y aunque al superar esta etapa es natural sentir rencor hacia quienes nos han hecho daño, hoy invitamos a todas las mujeres a liberarse de ese peso, porque ese sentimiento solo ancla nuestras almas.
Y para aquellas que aún siguen en una relación tormentosa pero reconocen que están siendo violentadas, les recuerdo que romper el ciclo de la violencia es un camino difícil, por tanto, procura cuánto antes buscar ayuda psicológica y legal en las diferentes instituciones públicas que las ofrecen o en las organizaciones no gubernamentales especializadas en esta materia.
En esta línea, debemos tener siempre presente que todas las mujeres somos valiosas y no necesitamos buscar en otros nuestra completud. Todo lo necesario para empoderarnos ya se encuentra dentro de nosotras, en tal sentido, al reconocer nuestra propia fuerza y valor, comenzamos a construir una nueva vida donde el amor propio sea nuestra guía.
Quiero aprovechar esta oportunidad para visibilizar a las mujeres que están en prisión, así como a las madres, hermanas e hijas de personas privadas de libertad, quienes son valientes defensoras del amor y la justicia. Estas mujeres luchan incansablemente por la libertad de sus seres queridos, enfrentando el estigma social y el profundo dolor emocional que esta situación conlleva.
Además, no podemos olvidar a nuestras adultas mayores, que también enfrentan formas específicas de violencia y vulnerabilidad en nuestra sociedad. Es fundamental brindarles apoyo y reconocimiento en su lucha diaria. Su resistencia y valentía son verdaderamente inspiradoras y merecen ser celebradas y apoyadas.
Cada una de nosotras tiene el poder de coadyuvar a cambiar esta realidad donde la violencia es algo “natural” y convertirse en un faro de esperanza mientras apoyamos esta causa. Juntas, podemos crear un futuro lleno de posibilidades en el que cada mujer viva en paz y florezca. Cada paso hacia adelante es una victoria que debemos celebrar.
En fin, este 25N, rechazamos la violencia, pero también celebramos no solo a las sobrevivientes, sino también a aquellas que están en el camino hacia la denuncia en búsqueda de justicia. Juntas, tenemos la capacidad de construir un futuro donde la violencia no tenga cabida y donde cada mujer brille con su propia luz. Recordemos que, aunque el camino sea desafiante, podemos estar unidas y movilizadas con determinación en esta lucha por una vida libre de violencia y llena de oportunidades. ¡Sigamos avanzando!
Me parece de suma importancia que destacaras que está prohibida la “mediación o conciliación” en los tipos de violencia contemplados en la Ley Orgánica sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia.
Es muy frecuente ver la presión que se ejerce sobre la mujer al momento de querer interponer la denuncia.
Con comentarios como “vas a denunciar al padre de tús hijos, piénsalo bien va a ir preso y sí le pasa algo” o “la mujer hace al hombre, algo está fallando ahí ” o ” mejor firmen una causion y el se compromete a no volverlo hacer ” entre otros.
Ésto ocurre tanto en organismos encargados de tomar la denuncia restándole importancia a los hechos, como entre allegados a la víctima, basados en el miedo a la reacción del agresor o a prejuicios arraigados en la sociedad.
La violencia nunca puede ser naturalizada o restarsele importancia, lamentablemente la experiencia y las estadísticas dicen que siempre va ir en escalada.
Felicitaciones por tu brillante exposición del tema Diannaly gracias