Por: el diario.com
La artista presentó recientemente su álbum Ella, junto a la pianista cubana Glenda del E, como homenaje a las compositoras latinas
La violinista venezolana Daniela Padrón tiene 35 años de edad y desde muy pequeña comenzó sus estudios musicales, abriéndose camino en esa industria y tocando en diferentes escenarios de Venezuela y el mundo. Tanto así que ya cuenta con dos nominaciones al Grammy Latino en su carrera profesional, una en el año 2013 y otra en la venidera edición de los premios que se cobrarán el 17 de noviembre de 2022.
La vida de Daniela siempre ha estado ligada a la música. A los 3 años de edad comenzó a instruirse en la escuela de música de su mamá, la pianista Olga López, y desde entonces no ha parado.
En su adolescencia fue miembro de una banda de rock y gracias a ella dio un salto importante en su carrera. El mostrarse a otros públicos distantes de la música clásica le brindó la oportunidad de pertenecer a la banda venezolana Gaêlica, con la que obtuvo la primera nominación a los premios de la Academia Latina de Artes y Ciencias de la Grabación.
“Nunca pensé en una cosa como un Grammy Latino, una nominación era algo demasiado grande. Tuve una con Gaêlica justo después de venirme a Estados Unidos y cuando me dieron la noticia no terminaba de asimilarlo”, contó Daniela en exclusiva para El Diario.
Recuerda que en esa oportunidad asistir a la gala de los premios, subir al escenario y compartir durante el evento con artistas de renombre y amplia trayectoria fue impresionante para ella. No obstante, la nominación de este año tiene un valor agregado para su vida y su carrera musical.
“Lo de este año fue muy trabajado. Con Gaêlica yo cumplía mi rol, pero no estaba detrás de toda la producción, en cambio en esta nominación que es con Glenda del E, una pianista cubana espectacular, es como un bebé para ambas y es demasiado hermoso ver mi nombre ahí. Disfruto cada momento”, precisó Daniela.
Sus inicios musicales
A temprana edad Daniela comenzó su formación musical en la Escuela Experimental de Música Manuel Alberto López (Caracas), donde su madre era directora. Allí cursó estudios simultáneos con el violín y el piano, hasta que llegó un punto en que se vio en la necesidad de decidirse por uno solo, dada la exigencia de cada instrumento. Ahí fue cuando eligió el violín.
Daniela explica que la academia donde estudió tiene un enfoque hacia la formación solista, a diferencia de el Sistema, cuya orientación es más orquestal. Aun así, a los 11 años de edad hizo su debut con una de las orquestas de el Sistema, pero dentro del área individual, a la que siempre ha estado direccionada su carrera.
Cuando tenía 16 años de edad, un amigo la invitó a integrar una banda de rock y a ella le gustó la idea. Aceptó y asistió a uno de los ensayos, pero no era a lo que estaba acostumbrada en su formación tradicional.
“Yo pregunté por las partituras y me dijeron que no había, así que yo me puse a pensar cómo era posible hacer música sin un itinerario. Poco a poco me acostumbré”, admitió.
A partir de allí inició un camino de mucha música y experiencias de la mano de Gaêlica, a quienes reconoce como una escuela de improvisación. Aunque en distintas oportunidades la banda le suministraba los arreglos escritos, en otras era imperativo improvisar.
De Administración de Empresas a tocar el violín
Daniela siente que la música ha estado tan ligada a su vida que, aún cuando quiso abandonarla, esta la trajo de nuevo consigo. De hecho, al momento de elegir la carrera que estudiaría en la universidad se cuestionó si continuar con el camino musical o buscar otros horizontes.
Luego de analizarlo y divisar las opciones disponibles, se inclinó por estudiar Administración de Empresas, porque no se sentía cómoda con la idea de dedicar su vida a la carrera musical clásica con el violín.