La joven Manizha Talash, que trabajó de peluquera en la capital oscense, pidió la libertad para las mujeres de su país con un gesto que le costó la descalificación
La carga simbólica de su acción era tal que la capa que exhibió en su espalda estaba confeccionada con la tela de un auténtico burka

Fuente: El Periódico
Por: Fran Osambela
11 de agosto 2024
La joven afgana Manizha Talash, de 21 años, viajó a París integrada en el Equipo Olímpico de Refugiados consciente de que sería eliminada a las primeras de cambio. Mejor dicho, descalificada de los Juegos, en principio una deshonra para cualquier otro deportista del mundo y que para ella también ha supuesto un dolor enorme, sí, pero en este caso un motivo de orgullo. Lo llevaba todo planeado y todo salió según estaba previsto para el viernes 9 de agosto con motivo del debut en unos JJOO de la disciplina de breakdance.
La participante en esta nueva especialidad exhibió un mensaje en favor de las mujeres afganas (“Free Afgan Women”) en pleno duelo con una representante de Países Bajos e inmediatamente la Federación Mundial de Danza Deportiva la expulsó de la competición por saltarse la Carta Olímpica. Visto desde la perspectiva de Manizha, objetivo cumplido. Su gesto ha levantado una gran polvareda por todo el globo y decenas de medios de comunicación andan tras esta joven que ha puesto en riesgo su continuidad en el piso donde reside en Madrid y la beca que le otorgó el Comité Olímpico Internacional (COI) hace solo unos meses.
La b-girl afgana continúa en la capital francesa (viaja a Madrid este martes) y el COI no le permite conceder entrevistas ni hacer declaraciones por el momento, pero este diario ha accedido a la intrahistoria de uno de los momentos más llamativos de los Juegos: la acción de Manizha estaba planeada desde semanas antes y la carga simbólica de su mensaje era tal que la capa que exhibió en su espalda con el lema “Libertad para las Mujeres Afganas” escrito en inglés estaba confeccionada con la tela de un auténtico burka, esa prenda-cárcel con la que los talibanes esclavizan a las mujeres afganas, probablemente uno de los colectivos más maltratados del planeta.
El germen de lo ocurrido el viernes en París hay que buscarlo antes del regreso de los talibanes al poder -Kabul cayó el 15 de agosto de 2021- en un pequeño pero ruidoso movimiento cultural de la capital afgana integrado por mucha gente joven. En concreto, se trataba de un club de hip-hop llamado Superiors Crew en el que se daban cita raperos, disyoqueis, breakdancers, cantantes, bailarines… Cuando el terror regresó al país después de más o menos dos décadas de apertura política y social, muchos de estos jóvenes con inquietudes culturales lograron huir al vecino Pakistán. Allí estuvieron refugiados un año, hasta que consiguieron los visados para viajar a España en agosto de 2022, donde quedaron alojados y recibieron apoyo estatal en distintas ciudades del país. A Manizha Talash y a uno de sus hermanos, de 12 años, les adjudicaron Huesca.
La joven se apuntó rápido a un módulo de FP e incluso con el tiempo encontró trabajo en una peluquería de la capital oscense, pero nunca abandonó el breakdance y nunca dejó de mantener estrecho contacto con los amigos con los que había llegado a España. Gracias a ellos terminó viajando esporádicamente a Madrid, donde contacto a contacto logró ponerse bajo los focos de una disciplina que iba a debutar en los Juegos. En marzo, tras recibir el apoyo administrativo y técnico del Comité Olímpico Español, accedió a una beca del COI y a la consiguiente selección para participar en la cita de París bajo bandera del equipo de refugiados.
El burka con el que luego se confeccionó la capa se compró por internet y el mensaje se imprimió en París
Unas semanas antes, en Madrid, mientras estaba reunida con buena parte de esos amigos y amigas alguien propuso aprovechar su presencia en la cita deportiva por excelencia para lanzar un mensaje al mundo en favor de las mujeres de su país. La ocasión era única. El mejor escaparate posible, especialmente teniendo en cuenta que el drama que provoca el yugo talibán ha perdido el impacto informativo que en su día tuvo en los medios internacionales.