Entrevista | Júlía Brynjólfsdóttir Enfermera especializada en salud mental y dolor crónico
Fuente: El Periódico
Por: Fidel Masreal
14 de diciembre 2024
La mitad de las personas con dolor crónico también sufren depresión y ansiedad. El dolor hace más grave estas dolencias psicológicas que, al mismo tiempo, afectan al dolor en un círculo vicioso. Júlía Brynjólfsdóttir es una enfermera islandesa especializada en salud mental, dedicada plenamente a investigar tratamientos que rompan este círculo, que afecta especialmente a mujeres cada vez más jóvenes. Ha sido una de las estrellas del reciente Congreso catalán de Enfermería de Salud Mental. Lleva toda la vida enfocada en la lucha por una mirada integradora y global de estas dolencias y lo explica en esta entrevista a distancia por escrito.
-¿Qué le motiva a trabajar en este campo?
-Estoy particularmente interesada en la falta de integración entre la salud mental y la atención del dolor crónico. Estas condiciones a menudo se superponen, creando un ciclo complejo donde el estrés y el trauma exacerban el dolor, y el dolor empeora los síntomas de salud mental. Abordar esto requiere un enfoque holístico que integre la atención de la salud física y mental, algo que actualmente falta en muchas zonas, especialmente en las zonas rurales de Islandia.Muchas de estas mujeres se sienten incomprendidas, incluso dentro del sistema sanitario. Esto me ha hecho estar más decidida a abogar por mejores servicios, educación y recursos tanto para las pacientes como para los proveedores de atención médica.
Debemos crear un sistema que no sólo trate sus afecciones sino que también les permita recuperar el control de sus vidas
Júlia Brynjólfsdóttir
Creo que debemos crear un sistema que no sólo trate sus afecciones sino que también les permita recuperar el control de sus vidas. Mi creciente interés en esta cuestión también se ve impulsado por el conocimiento de que estos desafíos no son exclusivos de Islandia. Países como España, donde recientemente hablé sobre este tema, enfrentan luchas similares.
-¿En qué consiste su linea de investigación?
-Un enfoque clave es la educación para el empoderamiento de la paciente, que ha demostrado ser una herramienta esencial en la enfermería de salud mental para permitir que los pacientes tomen un mayor control de su salud y tratamiento. La educación empoderadora equipa a las mujeres con los conocimientos, habilidades y recursos necesarios para tomar decisiones informadas y obtener un mejor control sobre sus desafíos de salud. Al ayudar a las mujeres a obtener una mayor autonomía y un sentido de propósito en sus vidas, este enfoque puede mejorar los resultados del tratamiento y fomentar la confianza.
-¿Qué importancia tiene trabajar con este empoderamiento en sesiones grupales?
-La terapia grupal aprovecha las fortalezas del grupo para fomentar experiencias compartidas y apoyo mutuo. Las mujeres tienen la oportunidad de compartir sus experiencias personales y comprender cómo otras personas enfrentan desafíos similares. Esto puede reducir el aislamiento social, aumentar la confianza en uno mismo y promover la estabilidad emocional. La terapia de grupo mejora las conexiones sociales y crea una red de apoyo que mejora la calidad de vida de los participantes y contribuye a mejores resultados del tratamiento. Garantiza que los participantes reciban educación y atención esenciales que aborden sus necesidades de salud integral, tanto física como mental. Este enfoque holístico ofrece formas de vivir eficazmente con el dolor y el malestar crónicos. Entre las terapias complementarias más investigadas dentro de las ciencias de la salud se encuentran el mindfulness y el Yoga Nidra.
-¿Cómo se trabaja en la terapia el empoderamiento de estas mujeres?
-El empoderamiento es un factor crítico para ayudar a las mujeres a recuperarse de la depresión y la ansiedad. En mi trabajo, me concentro en crear un ambiente donde las mujeres se sientan apoyadas y alentadas a tomar control de su propia salud y bienestar. Una de las cosas clave que he aprendido es la importancia de que la información sea simple, atractiva y accesible. Generar confianza y una relación terapéutica sólida es fundamental en este proceso.
Generar confianza y una relación terapéutica sólida es fundamental, me tomo tiempo para escuchar
Júlia Brynjólfsdóttir
Me tomo el tiempo para escuchar las necesidades, los desafíos y las estrategias de afrontamiento únicos de cada mujer que les han funcionado en el pasado. Por ejemplo, muchas mujeres con las que he trabajado comparten preocupaciones sobre el aislamiento social o el estrés económico, que a menudo exacerban sus síntomas. Al identificar estos factores tempranamente, puedo adaptar mi enfoque para abordar sus barreras específicas para la recuperación.
-¿Se puede medir científicamente este padecimiento y las mejoras que se obtienen en la terapia?
Las herramientas de autoevaluación también son la piedra angular de mi enfoque. Por ejemplo, los resultados del SWE-RES23 de una mujer destacaron el manejo del estrés como un área clave de mejora, lo que me permitió incorporar técnicas de atención plena en sus sesiones.
Bailando en las sombras
Este es el testimonio de una de las mujeres atendidas por Júlía Brynjólfsdóttir:
“Siento como si hubiera pasado la mayor parte de mi vida en una danza silenciosa en las sombras, tratando de encontrar mi ritmo en un mundo que no escucha la música con la que me muevo. Durante años me sentí invisible, como si mi dolor y mis luchas fueran sólo un telón de fondo no deseado en la historia de otra persona.
Cuando me diagnosticaron depresión y ansiedad por primera vez, lo sentí como un sello de fracaso, una marca invisible que le decía al mundo que no era lo suficientemente fuerte. Lo escuché, en susurros, en las reuniones familiares: “Sólo busca llamar la atención”. Lo vi en las cejas arqueadas de los profesionales de la salud que parecían descartar mis quejas con una mirada de complicidad: “Sólo es otro caso de fibromialgia”.
A menudo me preguntaba: ¿estoy rota? ¿Es culpa mía que me sienta así? Estas preguntas me perseguían mientras intentaba hacer malabarismos con las exigencias de la maternidad, el trabajo y las relaciones mientras luchaba contra la persistente voz en mi cabeza que me decía que era una carga.
La peor parte no fue el dolor ni las noches de insomnio: fue el aislamiento. El dolor tiene una manera de encoger tu mundo. La gente no ve las batallas silenciosas que libramos todos los días sólo para levantarnos de la cama, sonreír y seguir adelante. La soledad era como una segunda sombra, siempre presente, siempre persistente.
Pero entonces algo cambió. Me encontré en una sesión de terapia de grupo: solo unas pocas mujeres sentadas en círculo, compartiendo sus historias. Por primera vez me di cuenta de que no estaba sola. Hubo otros que entendieron el peso invisible que llevaba. Conocían la frustración de que les dijeran que “seguiran adelante” o que “dejaran de quejarse”.
En ese círculo, aprendí algo poderoso: la curación no se trata de borrar el dolor. Se trata de aprender a bailar con ello. Empecé a ver mis luchas no como un signo de debilidad, sino como un testimonio de mi resiliencia.
Ahora recuerdo todos los días que la vida es un baile, no una carrera. Algunos días la música es lenta y pesada, y sigo los pasos dando traspiés. Otros días, el ritmo se acelera y sonrío mientras me muevo. He aprendido a escuchar mi cuerpo, a descansar cuando lo necesito y a celebrar las pequeñas victorias, como pasar un día sin lágrimas o encontrar la energía para jugar con mis hijos.
Mi viaje no ha terminado y todavía hay días en los que las sombras resultan abrumadoras. Pero he llegado a comprender que la danza de la vida es mía para coreografiarla. Y aunque es posible que el dolor nunca desaparezca por completo, ya no controla el escenario.
Al final de cada sesión, utilizo la Escala de Calificación de la Sesión (SRS) para obtener comentarios de las mujeres sobre su satisfacción con la sesión y qué tan bien sienten que se abordaron sus necesidades. Estos comentarios me ayudan a hacer ajustes inmediatos para garantizar que las sesiones sigan siendo relevantes y empoderadoras.
-¿Qué ha aprendido de estas mujeres?
-He aprendido de su profunda resiliencia y del complejo impacto de sus experiencias. Sus narrativas revelan cómo los problemas de salud mental, como la depresión y la ansiedad, combinados con el dolor crónico, tienen efectos multifacéticos en sus vidas: física, emocional, social y psicológica.
Las mujeres describen una determinación inquebrantable de seguir adelante a pesar del dolor, la fatiga y las luchas emocionales
Júlía Brynjólfsdóttir
En el fin del mundo
Describen una determinación inquebrantable de seguir adelante a pesar del dolor, la fatiga y las luchas emocionales diarias. Su resiliencia, ya sea que se manifieste en pequeñas victorias diarias o en sus esfuerzos por comprender mejor sus condiciones, es profundamente inspiradora.
-¿Sufren estigma?
–El estigma, tanto de la sociedad como dentro del sistema de salud, es un tema recurrente en sus historias. A menudo se sienten descartadas, incomprendidas o juzgadas, lo que intensifica aún más su aislamiento y sus desafíos emocionales. En este contexto, el trabajo en grupo emerge como una poderosa intervención. Dentro de los grupos, estas mujeres pueden compartir sus experiencias, recibir apoyo y sentir que no están solas en sus luchas. El trabajo en grupo fomenta la esperanza, fortalece las conexiones y les brinda la oportunidad de reivindicar sus voces.
En el fin del mundo
Este es el testimonio en primera persona de otra mujer atendida:
“Siento como si hubiera sucedido ayer, cuando miro hacia atrás y veo cómo mi vida se desarrolla como una película a cámara lenta de finales del siglo XX. Con un titular dramático que podría pertenecer a una película de acción de bajo presupuesto: ‘Joven lucha para escapar de la banda criminal de la depresión y la ansiedad, obligada a escalar el Everest para sobrevivir’. Desafortunadamente, la película no captó la atención del público adecuado de la sociedad. Voces de peso afirmaron repetidamente que debía tirarlo a la basura, insistiendo en que la actriz no podía actuar; simplemente estaba loca, siempre quejándose y quejándose.
Si al menos me hubiera atado mejor las botas de montaña… si no hubiera usado un vestido tan ajustado… si no hubiera estado tan cansada… entonces mi olvido no me habría hecho olvidar mis líneas. Si hubiera actuado con más fuerza… si no hubiera dejado que mis emociones se apoderaran de mí… Si no tuviera estos dolores diarios, sintiéndome atrapada en una caja… si tan solo hubiera logrado dormir mejor en los días previos a la producción de la película… tal vez mis habilidades hubieran sido más fuertes para afrontar este complejo papel cinematográfico en esta llamada ‘película basura’… ¿O no?
Oh, sí, olvidé deciros, queridos familiares y amigos, que no ingresé en la escuela de teatro cuando era joven… así que nunca me enseñaron cómo actuar correctamente. No fue hasta principios del siglo XXI que finalmente me admitieron admisión en una escuela increíble con profesionales increíbles. Sí, así ha sido mi vida: persiguiendo mi sombra de la mañana a la noche. ¿Conseguiré algún día el papel de mis sueños en una película real?
Cuando la mujer descubre el empoderamiento nada la detiene es importante que nosotras las mujeres tengamos ese amor por nosotras mismas porque las que deciden ser feliz es una amiga pase lo que pase debemos desear ser feliz