‘El futuro es mujer’ o por qué la ciencia ficción escrita por mujeres puede salvar el planeta

Futuros distópicos’, ‘Retrofuturismos y Mundos alternos’ son los tres libros de una antología en la que Lisa Yaszek recoge relatos de este género escritos por mujeres estadounidenses. La superpoblación, el cambio climático o la explotación salvaje de los recursos naturales son algunos de sus temas recurrentes.

Lisa Yaszek es profesora de Estudios de Ciencia Ficción en la School of Literature, Media, and Communication de Georgia Tech. Foto: Georgia Tech.

Fuente: Climática
Por: Queralt Castillo Cerezuela
29 de octubre 2024

Escribir sobre Lisa Yaszek, profesora de Estudios de Ciencia Ficción en la School of Literature, Media and Communication en el Georgia Institute of Technology se antoja difícil teniendo en cuenta que es una de las personas que más sabe sobre ciencia ficción (CF). Quizás, haber crecido cerca de donde se celebra la WisCon, la mayor convención de ciencia ficción feminista del mundo, haya marcado su destino. En 2018 publicó en inglés The future is female, una antología compuesta por cuentos de CF escritos por mujeres estadounidenses durante el siglo XX y que ahora llega a España de la mano de Almadía. La antología comprende tres libros: Futuros distópicos, Retrofuturismos y Mundos alternos.

Los cuentos tienen en común que se escribieron durante el siglo pasado y sus autoras son mujeres estadounidenses. Esto último no es baladí y Yaszek deja claro su objetivo: «Las mujeres han estado involucradas en la CF desde el principio. A mediados de la década de 1920 y finales de la década de 1960, cerca de trescientas mujeres fueron publicadas en las principales revistas especializadas en el género (cerca del 15% de todas las colaboraciones)», escribe. El boom de la CF escrita por mujeres llegó durante los 70, cuando el porcentaje aumentó hasta un 45%. «El género se ha ido abriendo a las mujeres, pero desde los 90, esos porcentajes se han mantenido. Aún hay quien percibe este género como masculino, pero tiene una explicación: hay gente que no sabe exactamente qué es la CF, ya que solo conocen el género a través de los medios y de Hollywood. La CF de Hollywood es muy específica, a menudo orientada a la acción y la aventura. Fetichiza la tecnología. De hecho, normalmente, poco tiene que ver con la ciencia», explica a Climática por videollamada.

Agotamiento de recursos, plaga de insectos y una migración planetaria

almadia mundos alternos MKT ESP portada

Muchas de las historias que reúne Yaszek tienen una base psicólogica, sociológica y antropológica y exploran temas como la superpoblación, el cambio climático o la explotación salvaje de los recursos naturales. Respecto a este último tema, uno de los relatos compilados es Nueve vidas (1969), de Ursula K. Le Guin. En él, Martín y Pugh, de los últimos humanos que quedan después de las Grandes Hambrunas, se dedican a la minería extraterreste. La crítica de K. Le Guin a un sistema que ya en los 60 se antojaba depredador es implícita y explícita, pero también hay espacio para la esperanza.

«Hay historias proféticas, por eso pensé que era importante recuperarlas. A menudo sentimos que los problemas a los que nos enfrentamos son difíciles y desafiantes; creemos que nadie ha tenido problemas similares en el pasado. Pensar así nos pone en un lugar solitario y frustrante; puede aterrarnos y paralizarnos. Estas historias pueden reconectarnos con el pasado y recordarnos que los problemas no son nuevos; esto puede darnos herramientas para  construir un futuro mejor», explica.

En El milagro del lirio (1928), Clare Winger Harris imagina un mundo en el que el ser humano ha acabado con la naturaleza. La caída del reino vegetal ha traído la extinción del oxígeno y los insectos, gigantes, han empezado a devorar humanos y a saquear laboratorios. Más tarde, en 2928,  uno de los protagonistas descubre unos granos de materia orgánica… En un momento en que la subida de las temperaturas modifica el comportamiento animal, quizás el tema no quede tan lejano. «Quizás debamos repensar nuestra relación con los bichos. ¿Podemos convivir con la naturaleza en lugar de matarla?», pregunta Yaszek. Precisamente, esta es una de las premisas de la CF ecológica: la posibilidad de convivir con todas las criaturas del planeta.

Otra de las historias climáticas de esta antología viene de la mano de una de las pioneras de la CF: Leslie F. Stone. En La conquista de Gola (1931), la gente de Dexatal migra hacia otro planeta a causa del sobrecalentamiento. Se trata de un planteamiento no alejado de la realidad con la que nos encontraremos en unos años si no conseguimos frenar la subida de las temperaturas. Este es otro relato más en los que se muestra la preocupación, ya en aquel momento, por la supervivencia comunitaria.

A vueltas con la distopías

Futuros distoI picos portadabaja

A la pregunta de si cree que hay demasiadas distopías, Yaszek es tajante: «Hemos tenido mucha CF distópica, especialmente desde el surgimiento de la ola vanguardista experimental y crítica de los 60 y 70. Por supuesto, no hay que olvidar Hollywood, a quien le encantan los desastres porque, como escribió Susan Sontag: “Hollywood se nutre del espectáculo”. Se trata de algo visual, y la distopía tiene un aspecto maravilloso, mientras que la utopía parece aburrida. Las distopías, sin embargo, también permiten superar nuestros miedos. Si puedes narrarlos, puedes ponerles fin. Dicho esto, creo que estamos avanzando hacia una nueva dirección y que estamos viendo el auge de lo que la autora de CF Alexandra Rolland llama hopepunk [esperanza punk]».

El hopepunk, en palabras de Rolland, es «lo contrario al grimdark (…) Es un subgénero y una filosofía que se basa en que la bondad y la ternura no equivalen a debilidad, y que en este mundo de cinismo y nihilismo, ser amable es un acto político. Un acto de rebelión». Para Rolland, «el tipo de historias que contamos, y cómo las contamos, refleja nuestros valores y perspectivas sobre el mundo (…) Al contar historias de esperanza punk, necesariamente tenemos que plantearnos preguntas como: ‘¿Cómo podemos cuidarnos unos a otros en un mundo que no se preocupa por las personas de nuestras comunidades? (…) ¿Cómo luchamos contra las personas que quieren callarnos?’ Al plantearnos esto, el hopepunk deja de ser un ‘género’ para convertirse en una filosofía de vida».

Por el contrario, prosigue Yaszek, «el grimdark son las historias aterradoras sobre cómo el mundo es un lugar terrible en el que cada uno se preocupa por sí mismo». Para la académica, sin embargo, el optimismo que implica una línea de progreso simple y positiva tampoco es una opción. «Soy optimista, pero hay que cuestionarse el status quo; y esa es la parte punk. Sigo enfadada con el capitalismo, el patriarcado, el colonialismo, la explotación ambiental; pero también tengo la esperanza de que podamos hacer frente a estos desafíos (…) no enfrentándonos, sino mediante actos de bondad y acciones que mejoren la vida comunitaria».

Portada Retrofuturismo

Y prosigue: «hemos visto una explosión de narraciones de punk solar esperanzadoras. Estos relatos no dan por hecho que todo vaya a funcionar, pero mantienen la esperanza. Esta ficciones de punk solar a menudo provienen del sur de los EE. UU. y del sur global, de culturas que ya han lidiado con una perturbación ambiental apocalíptica, a menudo a través del colonialismo (…) Podemos tratar de recuperar prácticas indígenas y otras prácticas históricas y combinarlas, quizás, con la ciencia y la tecnología». Yascek se lamenta de que haya habido muchas mujeres escritoras, y sobre todo, indígenas y negras que hayan pasado desapercibidas. «Rokheya Shekhawat Hossein escribió en 1905 El suelo de la sultana. Ella fue una feminista utópica bengalí que imaginó un futuro en que las mujeres indias  inventaban tecnologías meteorológicas y solares y transformaban los barrios verticales y pobres en espacios verdes».

Es precisamente el retorno a todas estas autoras necesarias lo que le permite a Yascek mirar hacia el pasado y trazar una línea con el presente y con el futuro; una línea repleta de coincidencias, intuiciones y enseñanzas. Porque como dice más arriba en este mismo texto, todas estas historias, aunque sean de ficción, pueden darnos herramientas para lidiar con el día a día y, sobre todo, aprender.

Loading

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *