23 de octubre 2024
“Honrarás a tu padre y a tu madre” es uno de los Diez Mandamientos, pero no se trata sólo del propio padre y de la propia madre, sino de la generación y las generaciones precedentes, según una reflexión del Papa Francisco, quien nos invita a honrarlos, porque así se reconoce su dignidad.
Las personas adultas mayores representan un patrimonio invaluable, no solo para sus familias, sino para la sociedad en general, porque entre otras razones, sus conocimientos, historias, tradiciones y la sabiduría acumulada a lo largo de los años nos enriquecen profundamente.
Sin embargo, en la actualidad, por su fragilidad muchos son vistos como una carga más que como un recurso valioso, y a menudo enfrentan el riesgo de ser marginados, lo que es especialmente preocupante, porque sabemos que esa situación en gran medida es consecuencia de la crisis social y económica actual de nuestro país, la cual ha afectado profundamente la calidad de vida de este grupo.
Con un sistema de salud que no siempre da abasto y con los elevados costos de medicamentos y alimentos, muchos ancianos que trabajaron toda su vida y cuentan con pensiones insuficientes, se ven obligados a depender de sus familias para sobrevivir, pero necesariamente no obtienen el apoyo que requieren. En este punto, es crucial que nos revisemos a nosotros mismos, porque aunque no siempre tenemos todas las posibilidades para brindarles la atención que merecen, debemos esforzarnos al máximo para apoyar.
Es innegable que todos deseamos disfrutar de una vejez digna y plena, pero ¿es eso realmente posible actualmente? ¿Cómo podemos ayudar? A pesar de las adversidades, es crucial unirnos para cuidar y apoyar a las personas adultas mayores que forman parte de nuestras familias y comunidades.
Tengamos en cuenta que su bienestar no solo depende de factores económicos; también requiere del amor y la solidaridad que les brindemos. Es importante recordar que, cuando éramos pequeños, nos enseñaban a querer y respetar a nuestros mayores. A mí por ejemplo, me decían: “Trátalos bien porque tú también llegarás a anciana”, pero, ¿Realmente Lo hacemos? ¿Los tratamos con amor? ¿O nos molesta su lentitud, sus quejas, su repetidera y por eso los apartamos?
Estamos a tiempo de cambiar esta situación, cualquiera de nosotras y nosotros podemos sumarnos como voluntarios en los diferentes programas de ayudas e iniciativas tanto de ONG’s como sector público o privado, que existen en nuestro País para brindar apoyo a las personas mayores, que se encuentran en condiciones de vulnerabilidad.
Cuidar su salud física y emocional es fundamental: ofrecerles una alimentación balanceada, fomentar su actividad física y mantenerlos activos mentalmente puede marcar una gran diferencia, por eso tomarnos el tiempo para visitarlos, escucharlos y compartir momentos juntos son también una manera de demostrarles que sus vidas siguen siendo valiosas e importantes.
La legislación venezolana ha intentado abordar algunos de estos problemas mediante leyes que promueven el respeto y la protección de los derechos de los adultos mayores, pero la implementación efectiva sigue siendo un desafío. Las políticas públicas deben ser reforzadas para garantizar que este grupo importante de nuestra sociedad reciban oportunamente el cuidado y el respeto que merecen.
Es importante recordar lo que consagra nuestra Constitución Nacional en su Artículo 80: “El Estado garantizará a los ancianos y ancianas el pleno ejercicio de sus derechos y garantías. El Estado, con la participación solidaria de las familias y la sociedad, está obligado a respetar su dignidad humana, su autonomía y les garantizará atención integral y los beneficios de la seguridad social que eleven y aseguren su calidad de vida. Las pensiones y jubilaciones otorgadas mediante el sistema de seguridad social no podrán ser inferiores al salario mínimo urbano. A los ancianos se les garantizará el derecho a un trabajo acorde con aquellos que manifiesten su deseo y estén en capacidad para ello”.
Asimismo, es fundamental considerar lo establecido en el Artículo 24 de la Ley Orgánica para la Atención y Desarrollo Integral de las Personas Adultas Mayores: “Todas las personas adultas mayores tienen el derecho al envejecimiento digno y activo, favoreciendo la optimización de las condiciones de vida desde la salud, participación y seguridad, a fin de mejorar el buen vivir, bienestar y calidad de vida”.
Pero una cosa es la legalidad y otra la realidad, y además, con frecuencia, nos dejamos llevar por la rutina y olvidamos dedicar tiempo de calidad a los adultos mayores de nuestra propia familia y mucho menos de nuestra comunidad, por eso tengamos presentes que ellos nos necesitan. Comencemos ahora con la paciencia, el amor y el respeto que merecen a atenderlos y acompañarlos, porque les resulta fundamental nuestras interacciones con ellos.
A veces, solo necesitan que los escuchemos o que pasemos un rato haciéndoles compañía, lo que puede marcar una gran diferencia en su bienestar emocional, y procuremos cuando lo hagamos, no olvidarnos de reconocer sus limitaciones y desafíos porque eso nos ayuda a ser más comprensivos y empáticos.
Sin duda, las personas mayores valoran esos momentos compartidos que al fin de cuentas no solo enriquece sus vidas, sino también las nuestras.
Entonces, si aún no lo hemos hecho, intentemos dejar a un lado por un momento el teléfono y las pantallas en general, y empecemos a dedicar tiempo a quienes realmente lo merecen, porque como dijo el Papa Francisco: El honor por la vida vivida, “no es cosa de viejos”, es un comportamiento que beneficiará a las nuevas generaciones que heredarán sus mayores cualidades.
Diannaly Muñoz: Abogada. Directora del Centro de Asesoría Legal Padre Olaso. Profesional con un gran sentido de la justicia, alto nivel de experiencia en materia procesal, hidrocarburos, Derechos Humanos de las mujeres y equidad de género y un verdadero interés por asesorar y orientar a particulares para la solución de problemas legales así como su acompañamiento en trámites ante instituciones públicas o privadas, habilidades para redacción de documentos y recopilación de documentación e información.
Excelente artículo! La fragilidad de nuestros abuelos debemos arroparla con nuestro amor y cuido.
Me encanta este artículo. Los adultos mayores, en algunas ocasiones son ignorados por qué son mayores, porque son lentos, porque algunos mo oyen bien y hay que repetirles las cosas. Otras veces son obligados a vivir en lugares que no les gustan o en el peor de los casos son abandonados en sus propias casas. Es necesario hacer algo y debemos comenzar por los que tenemos en casa.