Kamala Harris camina hacia la Casa Blanca para reactivar la agenda feminista

La candidata presidencial y vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, llega para dar discurso de aceptación de la nominación a la Casa Blanca por el Partido Demócrata. EFE/EPA/WILL OLIVER

Fuente: EFE
Por: Esther Rebollo
23 de agosto 2024

Kamala Harris ha sido la primera mujer en muchas cosas: primera fiscal de distrito en California, primera fiscal general de California, primera senadora india-estadounidense, primera vicepresidenta negra y de origen asiático, primera en dar un discurso en West Point. Esta mujer de 59 años, abogada, politóloga y economista, además de racializada y feminista, puede ser ahora la primera presidenta de Estados Unidos.

Tras ser proclamada oficialmente candidata del Partido Demócrata, en una convención que ha despertado la ilusión de muchos estadounidenses, Harris ha iniciado una carrera de fondo hacia la Casa Blanca. 

Apoyada sobre todo por las mujeres, la Generación Z y las personas LGTB, con las que ha mostrado públicamente su empatía, la californiana podría dar un giro a la agenda feminista si gana las elecciones de noviembre, en un momento clave por el ascenso al poder de líderes misóginos y machistas de extrema derecha en varios países. Su contrincante, Donald Trump, es uno de ellos.

Un punto de inflexión para la agenda feminista mundial

“Estas elecciones son un punto de corte fundamental para los derechos de las mujeres, la defensa de los derechos puede marcar la diferencia”, comenta a Efeminista Susana Malcorra, presidenta de GWL Voices, una organización que reúne a mujeres líderes mundiales e impulsa una campaña para que la próxima secretaria general de la ONU sea una mujer.

Según Malcorra, también exministra de Exteriores de Argentina, “Kamala Harris no es solo mujer, es una mujer de origen asiático y afroamericana. Y esto tiene mucha simbología, muchísimo peso para los derechos de las mujeres cuando están en pleno cuestionamiento”. 

“Harris es muy importante para EE.UU. y, además, supone un movimiento global por el anclaje que tiene este país en el mundo”, apunta Malcorra en términos de agenda feminista.

La directora de Programas del Instituto Elcano y experta en Política Exterior Feminista, María Solanas, también insiste en el peso simbólico de la candidatura y hace hincapié en el impacto que tendría su victoria “en un contexto internacional polarizado y de retrocesos en los derechos de las mujeres”, argumenta.

En una entrevista con Efeminista, Solanas coincide en otro aspecto clave: “sería la primera presidenta, pero además es de origen asiático y racializada en un país que sigue siendo la primera potencia mundial. Es indudable que tendría capacidad para influir en las agendas globales cuando apenas el 10% de los jefes de Estado y Gobierno son mujeres. Si gana, estaríamos ante un incremento del poder de las mujeres en el ámbito político y de la visibilidad de la agenda feminista”.

“La victoria de Harris en esta situación de gran polarización, tanto en EE.UU. como en el escenario internacional, tendría un significado muy relevante de apoyo a la recuperación de la agenda feminista”, añade.

Los retos de Kamala Harris: aborto y brecha salarial

Las expertas consultadas por Efeminista coinciden en que Harris impulsaría los derechos de las mujeres, especialmente tras la decisión de la Corte Suprema de EE.UU., que derogó el derecho constitucional a la interrupción voluntaria del embarazo en 2022.

Solanas recuerda que, como vicepresidenta, Harris “se ha posicionado a favor de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y a decidir sobre su propio cuerpo. Esta ha sido una de sus principales tareas y ahora es un tema de campaña, junto la lucha contra la brecha salarial, otro elemento de su agenda feminista”. 

Su candidatura “da una enorme fuerza a la agenda feminista, por su compromiso, sin ambages, con el aborto, por su propia reivindicación de ser feminista, que llega gracias al trabajo, esfuerzo, compromiso y sacrificio de otras mujeres que la han precedido”, dice la experta de Elcano. 

Harris contra Trump: la lucha contra la misoginia 

“Si gana Trump, definitivamente va a limitar esos derechos, si impone su agenda definida por la Heritage Foundation y su plan 2025 sería nefasto porque solidifica una visión ultraconservadora y tradicionalista, con el rol de la mujer dentro la familia”, advierte la presidenta de GWL Voices. 

Kamala Harris no es la primera que lo intenta, la precede Hillary Clinton, una de sus defensoras ahora, junto a Barak y Michelle Obama y Alexandria Ocasio-Cortez, ésta última la más socialista de todas. Clinton fue la primera que se enfrentó a Trump, quien no paró en la campaña de 2016 de lanzarle insultos machistas, lo mismo que ahora hace con Harris. 

La recién nombrada candidata demócrata es ahora la que tiene que poner freno a un expresidente condenado por abuso sexual y que se se burló después de su víctima. Una eventual victoria frente a Trump “tendría un gran valor simbólico porque lograría derrotar a un candidato que en su primera contienda con una mujer salió victorioso. Esto sería un mensaje relevante ante la corriente misógina que reduce y restringe los derechos de las mujeres”, apunta Solanas.

Ocho años después, “se vuelve a dar una contienda entre un candidato machista, con una campaña sexista, misógina y con expresiones del machismo más burdo. Con Hillary Clinton, el candidato manejó el mismo esquema”, afirma la experta. 

Para Solanas, “la expectación está en que Kamala Harris pueda movilizar al electorado y gane a un candidato que redujo los derechos de las mujeres durante su mandato”. 

Mujeres, Generación Z y personas LGTB están con Kamala Harris 

Según encuestas recientes, el electorado estadounidense está más dividido que nunca entre hombres y mujeres. Por un lado, Kamala Harris, con su defensa del feminismo, conseguiría la mayoría de los votos de las mujeres y de los más jóvenes, especialmente de la Generación Z, así como de las personas LGBT+, con las que muestra públicamente empatía. También de los estadounidenses más progresistas.

Donald Trump, un misógino y machista, obtendría el apoyo mayoritario de los hombres. 

Esta brecha es la mayor que se conoce en la historia electoral de Estados Unidos, según apuntan medios como New York Times o NBC. Por eso, las cuestiones relacionadas con la igualdad podrían decidir quién ocupará la Casa Blanca a partir de 2025. 

De hija de migrantes a ‘la primera’ en muchas cosas

Kamala Devi Harris nació en Oakland, California, el 20 de octubre de 1964. Es la mayor de dos hijas fruto del matrimonio entre la científica india Shyamala Gopalan y del economista jamaicano Donald Harris. Kamala significa ‘loto’ y es uno de los nombres de la diosa hindú Lakshmi, una referencia a las mujeres fuertes.

Sus padres se conocieron en la Universidad de Berkeley y compartían su compromiso con los movimientos por los derechos civiles. Desde niña, fue a las protestas con ellos. Se divorciaron cuando Kamala tenía 7 años, luego vivió con su madre y su hermana en un barrio de población negra, pero iba en autobús al colegio ubicado en un próspero distrito de blancos.

De niña, asistía a una iglesia bautista y a un templo hindú, y así abrazó sus dos identidades: negra y asiática. “Mi madre se aseguró de que nos hiciéramos mujeres negras, seguras y orgullosas”, escribió Harris en su autobiografía.

A los 13 años se trasladó a Montreal. Su madre había conseguido un puesto como investigadora del cáncer en el Hospital Judío. Años después, estudió Ciencias Políticas y Economía en la Universidad Howard, en Washington, y después se doctoró en Derecho por la Universidad de California. Así llegó a fiscal adjunta de distrito en el condado de Alameda, en Oakland, donde se enfocó en judicializar delitos sexuales.

Una fiscal amiga de Obama

En 1994, pasó a trabajar en la oficina del fiscal de San Francisco, donde tomó medidas contra la prostitución de adolescentes, la novedad es que reorientó el enfoque de seguridad para centrarse en las niñas como víctimas.

En 2003, fue elegida fiscal de distrito en San Francisco y se convirtió en la primera mujer negra de California en ocupar un cargo de este tipo. Durante su gestión se negó a pedir la pena de muerte contra un hombre que había asesinado a un policía y se enfrentó, por ello, con los sindicatos policiales. 

También dictaminó que el absentismo escolar era un delito menor y castigó a los padres que no enviaban a sus hijos a la escuela. El índice de absentismo bajó considerablemente en aquella etapa, en medio de quienes la criticaron por ser demasiado punitiva. Entre otras medidas, facilitó estudios a personas con problemas con la justicia por el consumo y tráfico de drogas

Su amistad con Barack Obama se remonta a 2004. Cuatro años después fue la primera que lo apoyó desde California para su candidatura presidencial.

“Asegúrate de no ser la última”

Cuando llegó a fiscal general de California, en 2010, pocos confiaban en su candidatura por ser mujer y negra. También por haberse manifestado contra la pena de muerte, pero ganó por 0,8 puntos a su contrincante, el republicano Steve Cooley, un hombre blanco. Desde ese puesto creó Open Justice, una plataforma de transparencia en línea para recopilar datos sobre muertes y lesiones de las personas bajo custodia policial.

En 2014 contrajo matrimonio con el abogado Douglas Emhoff, a quien laman ‘Doug’. Dos años después, en 2016, ganó un asiento en el Senado, desde donde destacó por su incisiva forma de preguntar.

Su esposo, ahora, ha dejado su actividad profesional, pese a ser un abogado exitoso, para centrarse en la campaña de Harris y evitar incompatibilidades. Doug, que podría ser el ‘primer caballero’ en la historia de la Casa Blanca, ha dicho en la Convención Demócrata que su pareja “está preparada para gobernar” y ha resaltado su compromiso con la justicia social. 

A la candidata le gusta cocinar, su calzado favorito son las zapatillas Converse, madruga para hacer deporte, desayuna cereales con leche de almendras y cuando le preguntan qué hereda de Obama, responde: “Yo tengo mi propio legado”.

Kamala Harris lleva al límite el consejo de su madre: “Puede que seas la primera, pero asegúrate de no ser la última”.

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