Tras asilarla en 2020 y pedir un salvoconducto para traerla a Buenos Aires, este lunes la Embajada Argentina ayudó a la jefa de la corrupción del correísmo a escaparse de Quito a Caracas.
Fuente: Morfema Press
En conferencia de prensa esta noche, el canciller ecuatoriano Juan Carlos Holguín anunció que el gobierno de Guillermo Lasso declaró como ‘persona non grata‘ al Embajador de Argentina en Quito, Gabriel Fuks, y fue expulsado del país. A su vez, llamó a consultas al embajador ecuatoriano en Buenos Aires.
Las relaciones entre los gobiernos ya estaban tensas desde agosto del 2020, cuando Alberto Fernández le otorgó asilo político en la Embajada argentina a la ex ministra de Transporte y Obras Públicas de Rafael Correa, María de los Ángeles Duarte, que estaba por ser arrestada tras su condena por corrupción.
Pero la diplomacia entre los países llegó a su punto de quiebre este lunes cuando múltiples fuentes confirmaron que Duarte se había fugado a Caracas, Venezuela, con la ayuda de los funcionarios de la embajada argentina.
Holguín aclaró que las autoridades consideraron que se ha violado la confianza mutua y la buena fe que deben imperar en la relación de los países, y que a partir de ahora se cortan las relaciones diplomáticas entre Argentina y Ecuador.
“En tal virtud, el Gobierno de Ecuador ha decidido, amparado en el artículo 9 de la Convención de Viena sobre las Relaciones Diplomáticas de 1961, declarar ‘persona non grata’ al Embajador de Argentina en Quito, Gabriel Fuks“, dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores del Ecuador, quien a su vez agregó que “están esperando que deje el país“.
“La Policía Nacional de Ecuador solo puede llegar hasta la puerta de la Embajada argentina, tampoco puede revisar sus autos“, dijo Holguín explicando cómo hizo Duarte para escaparse. Subrayó que no existe un registro de salida de Duarte del Ecuador, pero que está confirmado que está en Caracas, por lo que la ayuda de la embajada argentina para su fuga es “innegable”.
María Duarte: La funcionaria más corrupta del correísmo
Desde el 13 de agosto de 2020, María de los Ángeles Duarte permanecía junto a su hijo en la Embajada de Argentina en Ecuador, en Quito. Se le concedió ingresar a la sede diplomática como “huésped por razones humanitarias” minutos antes que fuera arrestada por la policía.
El 2 de diciembre de 2022, tras largas negociaciones con el presidente Lasso, el gobierno de Alberto Fernández decidió concederle asilo diplomático permanente a la ex ministra e inició los trámites para llevársela a Buenos Aires.
En enero de este año, Holguín comunicó que no se entregará un salvoconducto a una persona sentenciada por corrupción, especialmente luego de los rumores que Duarte estaba con intenciones de viajar a Venezuela y convertirse en funcionaria del chavismo.
De acuerdo con la información oficial de la Cancillería argentina, que dirige el inexperto Santiago Cafiero, la ex funcionaria escapó de la Embajada argentina este lunes sin conocimiento del personal de la institución, algo muy poco creíble. Esta mañana, Duarte confirmó que está en Caracas “sana y más fuerte que nunca” al lado de Maduro.
Corrupción
Duarte fue condenada en 2020 a ocho años de cárcel por cohecho como parte del caso “Sobornos 2012-2016″, una trama de financiación ilegal del entonces movimiento oficialista Alianza País, liderado por el comunista Rafael Correa. Como Odebrecht con Lula en Brasil, se encontraron un sin fin de sobornos entregados por empresas a los funcionarios de izquierda.
La ex funcionaria, que ocupó la cartera de Obras Públicas entre el 19 de febrero de 2015 y el 6 de enero de 2017, se considera la jefa de este esquema de corrupción, al igual que Correa, que permanece refugiado en Bélgica, país que dice velar por los derechos humanos pero resguarda a un criminal negándose a aceptar una solicitud de extradición de la Justicia ecuatoriana.
Correa, que reside desde 2017 en Bélgica, ha mantenido una estrecha relación con el actual mandatario argentino y con la vicepresidente, Cristina Kirchner. Ambos esperan que Correa, si alguna vez vuelve al poder en Ecuador, les devuelva el favor otorgándoles asilo político.