
Fuente: EFE
Por: Laura de Grado
25 de septiembre 2024
En medio de un contexto global de creciente preocupación por la situación en Gaza, la escritora, poeta y cineasta palestina afincada en Ramala, Liana Badr, destaca la importancia de dar voz a su pueblo, especialmente a las mujeres palestinas, cuyas vidas están marcadas por la ocupación y la lucha diaria por la libertad y la dignidad.
Durante su visita a Madrid para inaugurar un ciclo de conferencias en Casa Árabe, Badr ha compartido su visión sobre la resistencia cultural palestina y su compromiso con la narración de las experiencias de su gente.
Criada en Jericó y exiliada en varias ocasiones, Badr (Jerusalén, 1950), autora de obras como The Eye of the Mirror o A Compass for the Sunflower, regresó a Palestina en 1994, tras 27 años en el extranjero en países como Líbano, Jordania, Siria y Túnez.
En una entrevista con Efeminista, Badr reflexiona sobre su vida como escritora palestina y cómo su experiencia personal la ha impulsado a narrar las historias de su pueblo, especialmente de las mujeres refugiadas en los campamentos. Al hablar de la escritura como una herramienta de resistencia cultural, destaca que los libros abren la profundidad de la mente de las personas; hacen que “puedan ver las cosas en más dimensiones”.
Ha obtenido premios internacionales con algunos de sus documentales, como Zeitounat (2000) y The Gates are Open. Sometimes! (2006). Licenciada en Filosofía y Psicología por la Universidad Árabe de Beirut, trabajó como voluntaria en varias organizaciones de mujeres palestinas, así como reportera de campo y redactora en la sección cultural de la revista Al Hurriyya, y como directora general de Artes en el Ministerio de Cultura palestino.
Liana Badr o cómo ser escritora en un contexto de ocupación
Respuesta (R): En mi caso puedo decir que no viví toda mi vida bajo la ocupación, lo que a veces significa una diferencia, porque nací en Jerusalén. Crecí en Jericó cuando Cisjordania estaba vinculada a Jordania, así que no había ocupación y al mismo tiempo había mucha educación patriótica en todas partes. Así que me crié sintiendo que éramos parte de lo que estaba pasando.
Después de la guerra de los Seis Días de 1967, sentí, como toda mi generación en ese momento, frustración e incredulidad, y no aceptábamos eso. ¿Cómo es posible que en pocos días los israelíes estén ocupando los Altos del Golán (Cisjordania)? Realmente fue una catástrofe. Y esto guió nuestros pasos para saber más sobre la situación en ese momento.
Además, fue la época de la nueva izquierda y todo el mundo hablaba sobre la equidad entre hombres y mujeres y cómo debían cooperar en la liberación de su país. Yo sentía mucha admiración por estas cosas porque pensé que, tal vez, podríamos encontrar una manera de no tratar a las mujeres como esclavas o como si fueran una especie secundaria o un tipo de criatura inferior.
P: ¿Cómo comenzó su carrera en la escritura?
R: Después de eso trabajé como periodista, comencé a hacer cosas para escribir sobre la gente, los refugiados palestinos, los palestinos y palestinas en los campamentos de refugiados en el Líbano. A través de mi trabajo periodístico, descubrí mucho sobre las mujeres y sus voces. Y descubrí que cuando lees muchos textos escritos por hombres, solo tienen un tono. Y que había voces coloridas y múltiples entre las mujeres, las mujeres comunes.
Así que comencé a aprender mucho de las mujeres en los campamentos, sobre la tradición palestina y sobre refranes, cuentos, charlas e incluso signos dentro de la conversación. Así que tomé la decisión de comenzar a mirar esto a fondo y tenerlo en mi escritura.
A veces, cuando escribía algo, algunas personas que admiraban mi trabajo me decían: “Oh, ¿por qué estás escribiendo sobre mujeres?”
Poco a poco, continué construyendo este tipo de escritura y fui una rebelde del propio lenguaje, incluso de la literatura clásica árabe. Lo que me ayudó con esto, lo que me dio la oportunidad, fue que vivía en el Líbano en ese momento y el Líbano era una ciudad cosmopolita. Y todos los escritores árabes que buscaban refugio de sus regímenes, que querían encarcelarlos, se fueron a Beirut. Así que Beirut se convirtió en un gran laboratorio de sonidos, direcciones y tendencias, y era muy, muy agradable.
Entonces, en ese momento descubrí que no podía escribir lo que quería solo con el árabe clásico. Es la base de mi palabra, pero debía encontrar una forma más moderna de transmitir lo que quería. Así que comencé a escribir de cualquier manera que pudiera, por ejemplo, cortar la oración, luego saltar a otra cosa, luego volver a la oración. No fue fácil, pero sentí que esa era la voz de la verdad.
“Me convertí en refugiada de repente”
P: ¿Qué papel cree que desempeña el arte, y en su caso, la escritura o el cine, en la resistencia cultural palestina?
R: Cuando comencé a escribir en Líbano, la primera novela que escribí la hice por nostalgia a Palestina, porque teníamos prohibido regresar. Entonces se consideraba que cualquiera que estuviera fuera de Palestina durante la guerra, aunque fuera un rato, no podía volver. Que en realidad nunca fue una guerra, fue un ataque de Israel, ellos vinieron con tanques, atacaron y dijeron: “esto es nuestro”.
Entonces, en ese momento mi padre nos llevó a mí y a mis hermanas a Ammán para dejarnos con una familia, porque mi madre había muerto siete meses antes y él estaba obligado a quedarse en el hospital 24 horas al día. El mismo día que llegamos allí, los israelíes bombardearon el Puente Allenby, el único camino a Cisjordania. Así que no pudimos regresar porque los israelíes consideraban que cualquiera que no estuviera allí, aunque fuera por un paseo, no tenía permiso para regresar. Así que, me convertí en refugiada de repente.
Fue un cambio repentino y doloroso. Al convertirme en refugiada me di cuenta de que no tenía el lenguaje para expresarme. El árabe clásico ya no reflejaba mi realidad. Así que comencé a explorar cómo las mujeres en los campos utilizaban el lenguaje, lo que me llevó a descubrir nuevas formas de escribir que combinaban diferentes voces.
Este proceso fue algo gradual y fue positivo para mi porque yo quería mostrar palestina a través de la ficción y quería poner pasión en el lenguaje.
El poder de la escritura
P: ¿Ha notado un cambio en la percepción de las mujeres escritoras desde que comenzaste a escribir?
R: Sí, cuando empecé a escribir, tomé el proceso muy en serio. Mi primera novela la escribí tres veces debido a la guerra en Líbano. Al intentar publicarla, enfrenté muchos rechazos, pero perseveré. La tercera vez, logré que un editor conocido la leyera. Aunque no me aceptaron de inmediato, no me desanimé y seguí escribiendo. Al final el editor la leyó y le encantó, recuerdo que me dijo que no parecía una novela escrita por una mujer.
P: El pueblo palestino ha enfrentado una narrativa que en muchos casos los deshumaniza. ¿Cómo pueden los libros y la escritura contrarrestar este fenómeno o cambiar esta deshumanización?
R: Creo que la escritura es una forma de pensamiento. Cuando escribes, reflexionas sobre las palabras y usas los tiempos verbales adecuados. Son las palabras las que importan. Después de un tiempo, cuando te vuelves experimentado, entiendes el significado de las palabras y cómo su peso puede llevarte como un tren en la dirección que deseas.
Al mismo tiempo, creo que, entre las mujeres escritoras árabes hay muchas voces emergentes. Tenemos muchas escritoras árabes ahora y una nueva generación que está escribiendo. Pero siento que no hay suficientes libros que enseñen a las personas cómo escribir. No se trata solo de escribir cualquier cosa. Puedes hacer reportajes, entrevistas y muchas otras formas de escritura. Pero escribir una novela requiere una gran sensibilidad. Es como alta tecnología; es como incorporar Internet dentro del texto. Debes tener conexiones en todas partes. Debes ser consciente de que estás inmerso en un mundo difícil, donde subirás colinas, irás a montañas y caerás en ríos, tratando de no ser arrastrado por las olas.
“Es muy doloroso abrir los medios y ver toda esta matanza”
P: ¿Y cómo ves el futuro de las escritoras árabes?
R: No es fácil en absoluto, porque para mí, tuve éxito en establecer un hábito. Escribía diariamente. Pero desde la llegada de la pandemia, sucedió que mi familia y yo cambiamos de lugar muchas veces. Dejé de escribir durante los primeros dos años porque estaba muy preocupada y ansiosa todo el tiempo. Estaba completamente inmersa en este problema. Entonces, es difícil escribir si no tienes el hábito y, ahora, en medio de un conflicto armado es difícil sacar tiempo para escribir cuando estas intentando sobrevivir.
P: ¿Y cómo estás viviendo todo lo que está pasando en Gaza desde la última ofensiva de Israel, que ya está a punto de cumplir un año?
R: Sabes, es muy doloroso para mí abrir los medios y ver todo el sufrimiento y ver toda esta matanza. Y esto se debe a la sociedad internacional, no es solo culpa de Israel, porque sí, Israel está ocupando, pero eso no les da el poder de masacrar a la gente así y matar a niños y familias de esta manera. Pero lo que quieren hacer… dicen que es venganza, pero en realidad, lo que pretenden hacer es dejar Gaza sin gente para confiscar tierras y usarlas para hacerse más ricos. Porque son codiciosos, piensan en el dinero. Este es el tiempo del nuevo liberalismo. Están colonizando e imponiendo políticas imperialistas.
“Cuando publicas un libro amplías la profundidad de la mente de las personas”
P: ¿Crees que, en este sentido, los libros y la escritura pueden mantener viva la identidad palestina de alguna manera?
R: En todas las grandes experiencias, la gente escribió sobre ellas después de eso, porque no puedes estar dentro del problema y escribir sobre él. Así que puede tener un efecto después de algún tiempo. Por eso no puede funcionar al mismo tiempo a través del dilema o a través del problema. Pero de todos modos, cuando publicas un libro, amplías la profundidad de la mente de las personas, pueden ver las cosas en muchas más dimensiones.