3 de septiembre 2024
La negrita nació en Caracas, pero por una situación de salud por parte de su mamá, sus abuelitos carupaneros se la llevan a un caserio llamado Queremene ubicado en el estádo Sucre ( el cual aun no aparece en el mapa de Venezuela).
Creció entre tíos y primas, siempre muy feliz, donde jugaban muchos juegos tradicionales como pelotica de goma, trompo, metra, papagayo, yoyo, al escondite entre otros . Y tambien tenia su deber de estudiar y cumplir con algunos oficios del hogar que le imponían los abuelos en forma amorosa.
Toda su niñez fue muy linda a pesar de no estar presente sus padres. Se mantuvo al lado de sus abuelitos hasta que le correspondió iniciar su bachillerato.
En algún momento, la abuela la mando donde una tía a quien debía ayudar en los oficios de la casa y además con la crianza de los niños de la tia. Con ella m estuvo hasta el bachillerato, porque luego se vendría a Caracas a estudiar una carrera universitaria.
Al llegar a la capital, ciudad desconocida para ella, extrañaba a su pueblito; y tenía la obligación de decidir que quería hacer en su futuro, que estrés, y aún no sabía que estudiar porque siempre le gustó la Abogacia, carrera que su abuelito le prohibió estudiar ya que para él y su concepto de esos profesionales, los abogados eran ladrones de cuello blanco.
Cómo la negrita amaba tanto a su abuelo, fue incapaz de contrariarlo y optó entonces por la docencia, carrera en la cual alcanzó graduarse y ejercerla durante veintiocho años en la Alcaldía de Sucre, en la que trabajó por 18 años. Fue Directora en tres planteles municipales. Después de graduada de Docente contrae matrimonio y procrea en este primer matrimonio un hijo, hoy de 30 años de edad, y uno de 22 años en su segundo matrimonio el cual mantiene hasta la fecha.
Mientras ejercía la docencia, luego de dos años de graduada inicia en la UCV la carrera de Derecho la cual culmina a los seis años de estudios y ejerce en los actuales momento de manera Libre, ya que el hecho de estar jubilada de la Alcaldía de Sucre desde hace doce años le permite dicho ejercicio.
La negrita, siempre dice: Agradezco a mi Dios, a mis padres el hecho de darme la vida y permitirme vivir junto a mis abuelitos momentos hermosos y también momentos difíciles que me han hecho crecer como persona , como ser humano y solo puedo decir: Gracias Señor Gracias por todas tus maravillas que has hecho en mi vida
Carmen Sandoval: Profesora y abogada, madre de dos hijos. Es morocha con un varón. Ama los talleres que impulsa el Centro de Asesoría Legal Padre Olaso en colaboración con la Parroquia Universitaria de la UCV y Mujer y Ciudadanía . Vive en Guarenas
Carmen Sandoval nos transporta a esa hermosa relación que se teje con los abuelos, quienes son símbolos de amor incondicional y sabiduría. Me fascina cómo esta historia no solo celebra el amor, sino que también resalta la importancia del agradecimiento en nuestras vidas. Es un tributo conmovedor a esos lazos que perduran a lo largo del tiempo.