Los extraterrestres| Por: Zsuzana Paár 

9 de diciembre 2024

Era una noche estrellada en una hermosa playa de Venezuela, donde el sonido de las olas creaba una melodía suave que acompañaba a Z mientras disfrutaba de sus vacaciones. La brisa fresca del mar acariciaba su rostro y el aroma del salitre llenaba el aire. De repente, algo llamó su atención: unas luces brillantes danzaban en el cielo, como si fueran estrellas juguetonas. Intrigada, se levantó de su toalla y miró hacia arriba.

Las luces se acercaban rápidamente, formando un círculo resplandeciente. Z sintió una mezcla de emoción y temor cuando un platillo volador, exactamente como los que había visto en sus caricaturas favoritas, descendió suavemente sobre la arena. El aire a su alrededor se volvió denso, y un silencio inquietante envolvió la playa.

De repente, una compuerta del platillo se abrió con un suave zumbido. De ahí emergieron tres marcianos enormes y verde. Su piel brillaba bajo la luz lunar, y sus ojos saltones parecían absorber todo lo que los rodeaba. Tenían una voz profunda y resonante que retumbó en el aire: “¡Saludos, terrícola! Dijeron al mismo tiempo. Y solo uno continuo hablando. Soy Zorax del planeta Xeloria.”

Z sintió un escalofrío recorrer su espalda, pero su curiosidad superaba su miedo. Zorax le explicó amablemente que venía a estudiar la raza humana y que había elegido a Z por su espíritu aventurero. Con un gesto de su mano, la levantó hacia él. Ella flotaba en el aire, sintiendo cómo el mundo debajo se hacía cada vez más pequeño.

“Ven conmigo”, dijo Zorax con una sonrisa amplia que reveló dientes afilados pero que no daban miedo porque todos los extraterrestres eran amistosos. “Te mostraré maravillas más allá de tu imaginación.”

Z estaba a punto de cruzar el umbral del platillo volador cuando un estremecimiento recorrió su cuerpo. En ese instante, las luces comenzaron a desvanecerse y el sonido de las olas se hacía más fuerte. Fue entonces cuando un grito silencioso la despertó de su trance.

Con un sobresalto, Z abrió los ojos para encontrar el cielo estrellado sobre ella y la suave arena bajo su cuerpo. Todo había sido solo un sueño… o eso pensó. Pero en su corazón sabía que la aventura no había terminado; los ecos de la voz de Zorax aún resonaban en su mente.

Zsuzana Paár: Es Licenciada en Matemáticas y profesora jubilada de la Universidad Central de Venezuela. Apasionada por el aprendizaje y la creatividad, siempre está en la búsqueda de nuevas formas de crecer. Como madre y abuela, destaca por su actitud y perspicacia. Además, ha participado activamente en los Talleres de formación organizados por el Centro de Asesoría Legal Padre Olaso, con el apoyo de la asociación civil Mujer y Ciudadanía.

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