“Me van a violar”: el dramático testimonio de una joven que pasó 70 días secuestrada en Gaza

Agam Almog-Goldstein fue raptada por terroristas de Hamas junto a su madre y sus hermanos pequeños. Su padre y su hermana mayor fueron asesinados el fatídico 7 de octubre. “No entiendo que yo estuviera allí. Parece la historia de otra persona”, relató sobre sus días en cautiverio

Agam Goldstein-Almog, junto a su madre Chen, ambas rehenes liberadas en el marco de un alto el fuego temporal, durante una ceremonia en el kibutz Shefayim, Israel, 10 de diciembre de 2023. REUTERS/Ronen Zvulun

Fuente: Infobae
21 de diciembre 2023

Agam Almog-Goldstein, de 17 años,fue secuestrada el pasado 7 de octubre en Israel por terroristas de Hamas. Tras casi dos meses en cautiverio, fue liberada en el intercambio de prisioneros del 26 de noviembre. La joven, que fue raptada junto a su madre, Chen Almog-Goldstein, y sus hermanos de 11 y 9 años, dijo que apenas llegó a Gaza temió lo peor: “Me van a violar”.

“Recuerdo nuestra entrada en la ciudad. Simplemente le dije a mi madre: me van a torturar, me van a violar”, detalló Agam a Army Radio sobre su tiempo encarcelada en la Franja de Gaza.

“Hasta ahora, no entiendo que yo estuviera allíParece la historia de otra persona, alguien que realmente no tuvo un momento para comprender esta situación. No sé si alguna vez lo entenderemos. Pero recuerdo que le dije a mi madre que me iban a hacer algo, y ese fue el momento en que me di cuenta de que realmente me estaban sacando de casa” afirmó.

Consultada sobre los momentos de mayor miedo, aseguró que eran por las noches, durante los bombardeos. “Con toda la dificultad que supone decirlo, lo que más miedo me daba eran los ataques aéreos (israelíes) cada noche. Al principio, estaba el miedo a los terroristas, que era el mayor temor”, declaró a Army Radio.

Ella, su madre y sus dos hermanos permanecieron juntos en cautiverio. Pese a que de vez en cuando se encontraban con otros secuestrados, la mayor parte del tiempo estaban solos.

Agam junto a sus padres y sus hermanos (Israel in New York)Agam junto a sus padres y sus hermanos (Israel in New York)

Mientras tanto, su padre y su hermana mayor, Yam, fueron asesinados el fatídico 7 de octubre en una de las incursiones terroristas. Yam se había quedado con su padre, que se recuperaba de una operación y no podía moverse con facilidad. La familia perdió el contacto con Yam al mediodía, y su cuerpo fue encontrado más tarde.

“Sabíamos que no había ninguna posibilidad para Yam, pero teníamos la esperanza de que volveríamos y mi padre estaría esperándonos, que lo veríamos en una silla de ruedas. Lo que oímos en la radio nos destrozó esa esperanza”, precisó la joven.

Agam se preocupaba por lo que podría pasarles a sus hermanos pequeños si ella y su madre resultaba heridas. También tenía miedo de no llegar a cumplir 18 años.

“Me decía todo el tiempo: ‘¿qué, no voy a cumplir 18? Al menos dame hasta los 18′. Y Gal y Tal (sus hermanos), son tan jóvenes, qué vergüenza”.

Agam Goldstein-Almog es abrazada por un ser querido poco después de reunirse con su familia, en el Centro Médico Infantil Schneider de Israel en Petah Tikva, Israel, en esta imagen difundida por el Centro Médico Infantil Schneider de Israel el 27 de noviembre de 2023. Schneider Children's Medical Center of Israel/Handout via REUTERSAgam Goldstein-Almog es abrazada por un ser querido poco después de reunirse con su familia, en el Centro Médico Infantil Schneider de Israel en Petah Tikva, Israel, en esta imagen difundida por el Centro Médico Infantil Schneider de Israel el 27 de noviembre de 2023. Schneider Children’s Medical Center of Israel/Handout via REUTERS

Acerca del momento que desearía borrar de su cabeza, precisó que era cuando los terroristas los trasladaban. “En cada transición me preguntaba si nos iban a matar”, relató.

También dijo que el secuestro cambió muchas cosas en su vida “para peor”. “Me quitó la sensación de seguridad. Me infundió mucho miedo, ansiedad, confusión e impotencia”, añadió.

Me cuesta entender cómo la gente aquí sigue el mismo proceso, toma la misma taza de café y vive la misma vida. Me alegro de que haya quien continúe con su vida; demuestra cierta fortaleza, pero, por otro lado, 71 días de cautiverio son como un largo día. Es realmente el mismo día. Así que siempre estamos avanzando, pero pensando en los rehenes que siguen allí”, concluyó Agam.

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