¿Por qué empoderar a la Mujer?| Por: Diannaly Muñoz 

26 de julio 2024

En estos tiempos recientes, algunas palabras destacan y se vuelven populares, incluso parecen adquirir un protagonismo particular convirtiéndose en tendencia. Una  que ha cobrado relevancia es “Empoderar”, ahora bien, ¿qué representa realmente esta palabra en nuestras vidas?”

Antes de adentrarnos en el tema del empoderamiento femenino, es necesario   conocer qué es en la práctica empoderar a alguien o a un grupo. Según la Real Academia Española, empoderar(se) es:  “Calco del verbo inglés empower, que se emplea en textos de sociología política con el sentido de conceder poder [a un colectivo desfavorecido socioeconómicamente]”. Conforme a la vigesimotercera edición del Diccionario académico, “empoderar” es un antiguo verbo español que ahora se utiliza con ese significado que sin duda está siendo cada vez más utilizado: “Hacer poderoso o fuerte a un individuo o grupo social desfavorecido”. 

De todos modos, al explorar este tema, encontramos que las diferentes  descripciones coinciden en señalar  que es un proceso que proporciona herramientas a personas, comunidades o grupos sociales para que puedan fortalecerse, desarrollarse y alcanzar todo su potencial,  brindando la oportunidad de mejorar en diferentes áreas de sus vidas, permitiéndoles crecer y prosperar plenamente.

Así pues, es interesante destacar que el empoderamiento no se limita a un género específico, sino que puede aplicarse tanto a hombres como a mujeres, de manera individual o colectiva, buscando siempre garantizar que puedan disfrutar plenamente de sus derechos.  

Dicho esto, cuando de mujeres se trata, hablamos del proceso mediante el cual estas adquieren control sobre su propia vida, ya sea a nivel personal, social, económico o político. En pocas palabras, se trata de que las mujeres participen, tengan mayor autonomía y puedan  acceder a recursos y oportunidades    para ejercer plenamente sus derechos.

En la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer, organizada por las Naciones Unidas celebrada en Beijing en 1995, se  consolidó décadas de progreso legal hacia la igualdad de género y, nació la idea del empoderamiento femenino. Este concepto se centra en dar a las mujeres más voz en la toma de decisiones y en brindarles oportunidades para acceder al poder, todo con el objetivo de avanzar hacia una sociedad más equitativa en términos de género.

Durante ese evento, se adoptó la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing por 189 países, un programa dedicado al empoderamiento femenino. Este documento se basó en políticas globales de igualdad de género y estableció objetivos estratégicos en áreas clave como la lucha contra la pobreza, educación, salud, violencia, economía, participación política, derechos humanos, medios de comunicación, medio ambiente y protección de las niñas. 

Por consiguiente, hablar del empoderamiento femenino en esencia, implica que   las mujeres puedan tomar las riendas y tener control sobre sus propias vidas, lo cual  cobra especial importancia en entornos marcados por desigualdades y discriminación. 

No podemos ignorar los datos que reflejan el abuso contra las mujeres, ni tampoco podemos ignorar la trágica violencia que han soportado a lo largo del tiempo, porque es  evidente que las mujeres no hemos tenido acceso a las mismas libertades que los hombres en el transcurso de la historia, ni hemos disfrutado de los mismos derechos civiles que han sido otorgados a estos; por eso  los movimientos que  luchan por los derechos de las mujeres en busca de igualdad en todos los ámbitos de la sociedad, utilizan regularmente esta palabra. 

De hecho, vista la importancia del tema, ONU Mujeres y el Pacto Mundial de las Naciones Unidas compartieron en 2010, los Principios para el empoderamiento de las mujeres, (WEPs en sus siglas en inglés), los cuales sirven como guía para promover la igualdad de género en entornos laborales, mercados y comunidades, porque ofrecen al sector privado orientación sobre cómo fortalecer a las mujeres en el entorno laboral para que sea  más inclusivo y equitativo, adoptando principios fundamentales que promuevan la igualdad de género en todos los niveles de una organización. 

Estos principios abarcan diversas áreas clave que van desde el fomento de la presencia femenina en los altos cargos directivos, hasta la implementación de políticas que garanticen un trato justo entre hombres y mujeres en el ámbito laboral.

En nuestro país aún nos falta mucho camino por recorrer, por tal razón resulta indispensable seguir preparándonos y continuar en la lucha por los derechos humanos a fin de   erradicar cualquier forma de discriminación.

Priorizar la salud, seguridad y bienestar de todas las trabajadoras  es una premisa básica para construir un ambiente laboral sano y productivo. Además, se hace necesario impulsar la educación, capacitación y desarrollo profesional de las mujeres, para que podamos realmente tener oportunidades concretas para nuestro crecimiento dentro de la empresa, tal como lo establecen estos principios que apuntan a la implementación de prácticas empresariales inclusivas, cadenas de suministro éticas y estrategias de marketing que fomenten el empoderamiento femenino por considerarlos  pasos cruciales hacia la construcción de una sociedad más justa e igualitaria.

Los referidos principios incluyen también, promover la igualdad desde la alta dirección, tratar a hombres y mujeres equitativamente y  garantizar la salud y bienestar de los trabajadores con perspectiva de género. 

Solo a través del compromiso y la acción conjunta podremos lograr un cambio significativo en el panorama laboral actual, donde la diversidad y la igualdad sean pilares fundamentales en todas las organizaciones.

Más aún, ONU Mujeres destaca la importancia del empoderamiento de las mujeres como un elemento clave para alcanzar no solo la igualdad de género, sino también el desarrollo sostenible y en consecuencia promueve nuestra participación en todos los ámbitos de la sociedad y aboga por medidas concretas para garantizar nuestros derechos y  autonomía, como el fortalecimiento de leyes y políticas que protejan nuestros derechos, entre otras acciones.

Específicamente en  Venezuela,  nosotras tenemos  tasas de empleo más bajas que los hombres, brechas salariales significativas y una representación política desigual, con menor presencia en  cargos de poder y toma de decisiones clave, lo que limita nuestra influencia en la definición de políticas públicas y estrategias de desarrollo. 

En tal sentido, tenemos que seguir profundizando en esta tarea para poder mejorar nuestra realidad; las mujeres hemos enfrentado desafíos adicionales por la crisis económica y social de los últimos  años; pero seguimos en pie de lucha, y aunque esta situación nos  ha impactado negativamente por ejemplo en el acceso a mejores empleos, educación de calidad y servicios básicos, dificultando nuestro empoderamiento, no nos rendimos porque somos conscientes de que cada paso que sigamos dando hacia los diferentes tipos de empoderamiento, nos acerca a un mundo mejor.  

Siguiendo con este razonamiento, aunque las barreras que enfrentamos las mujeres son diversas y pueden incluir la discriminación de género, la violencia machista, la falta de acceso a educación de calidad, la desigualdad salarial, los roles tradicionales de género, entre otros obstáculos, es fundamental seguir trabajando, concienciar a la sociedad en su totalidad sobre la relevancia del empoderamiento femenino como un impulsor del desarrollo social y económico, así como continuar respaldando la valiosa labor llevada a cabo por organizaciones no gubernamentales como Mujer y Ciudadanía a.c, que trabaja incansablemente en pro de la eliminación de barreras que limitan la participación activa de las mujeres en todos los ámbitos.

En definitiva, nosotras  lo que buscamos es igualdad de oportunidades, por ejemplo  en el ámbito laboral, tener acceso a puestos directivos y salarios justos. En lo educativo, queremos garantizar el acceso a la educación en todos los niveles. En el ámbito político, buscamos participar activamente en cargos públicos y postularnos a cualquier posición sin restricciones burocráticas que puedan incluso derivar en violencia política. En lo social, luchamos por tener voz y voto en la sociedad, combatiendo la discriminación y la violencia de género, y a nivel individual queremos seguir   desarrollando nuestra autoestima, la confianza en sí misma y la superación de estereotipos de género.

Finalmente, conforme a lo anterior es pertinente concluir  que, crear conciencia sobre los desafíos que enfrentamos las mujeres son también aspectos clave del empoderamiento femenino a nivel social. Justamente esa participación activa  es crucial para la reconstrucción de nuestra nación y para alcanzar una sociedad más próspera y sostenible, donde se promueva decididamente la igualdad entre todos los individuos. No olvidemos que nuestra Constitución Nacional reconoce la igualdad como un principio fundamental, ya que solo cuando las personas disfrutan de igualdad de oportunidades y trato pueden alcanzar sus metas, independientemente de las diferencias que puedan existir entre ellas.

El artículo 21 de la Constitución Nacional establece que todas las personas son iguales ante la ley y prohíbe cualquier forma de discriminación basada en la raza, el sexo, la religión o cualquier otra característica, por ello debemos hacer lo necesario  para que se cumpla con lo allí dispuesto y que las instituciones del estado, se comprometan a garantizar que la igualdad sea real y efectiva, tomando medidas positivas para proteger a aquellos que puedan ser discriminados o vulnerables.

La igualdad es un derecho fundamental que garantiza que todas las personas sean tratadas de manera justa y sin discriminación y es un pilar del Estado de Derecho.

!Sigamos promoviendo el empoderamiento femenino en Venezuela!

Diannaly Muñoz Blanco: Abogada. Directora del Centro de Asesoría Legal Padre Olaso. Profesional con un gran sentido de la justicia, alto nivel de experiencia en materia procesal, hidrocarburos, Derechos Humanos de las mujeres y equidad de género y un verdadero interés por asesorar y orientar a particulares para la solución de problemas legales así como su acompañamiento en trámites ante instituciones públicas o privadas, habilidades para redacción de documentos y recopilación de documentación e información.

diannalymunoz@yahoo.com

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1 comentario

  1. Excelente artículo. Es importante destacar que el empoderamiento es una forma de vida. En el artículo se destaca la necesidad de incrementar el empoderamiento en las mujeres. Y reforzar el empoderamiento en general. Todos somos iguales ante los ojos del creador .

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