
26 de agosto 2024
Había una vez, en un pequeño pueblo lleno de colores y risas, un loro llamado Don Jorge. Era un loro picarón, de plumas brillantes y ojos chispeantes, pero lo que más lo caracterizaba era su edad.
Don Jorge había vivido muchas aventuras y había escuchado innumerables historias a lo largo de los años. Sin embargo, había un refrán que siempre le molestaba: “Loro viejo no aprende a hablar”.
Un día, mientras descansaba en su rama favorita, escuchó a un grupo de adultos mayores que se reunían en el parque. Hablaban sobre sus sueños y anhelos, sobre aprender cosas nuevas y compartir sus experiencias en los maravillosos talleres de los jueves, donde regularmente asistían. Don Jorge se sintió inspirado. ¿Por qué debería aceptar que su edad era un obstáculo para aprender? Decidido a demostrar que el refrán estaba equivocado, voló hacia ellos y les dijo: “¡Hola, amigos! Soy Don Jorge y también estoy aquí para aprender!”.
Las personas se sorprendieron al ver a un loro parlante, pero pronto sonrieron ante su entusiasmo. “¿Qué te gustaría aprender, Don Jorge?”, preguntó doña Aleida, una mujer de risa contagiosa. “Me encantaría saber sobre neuroplasticidad”, respondió el loro con alegría.
Todo el grupo comenzó a explicarle cómo el cerebro tiene la capacidad de adaptarse y aprender en cualquier etapa de la vida. Noris y Mercedes le dijeron que cuando aprendemos algo nuevo, nuestro cerebro se ilumina con nuevas conexiones entre las neuronas, como si estuviéramos tejiendo un hermoso tapiz de conocimientos.
Amelia, quien sabía mucho gracias a su amor por los libros, comentó que un señor de nombre Santiago Ramón y Cajal, conocido como el “padre de la neurociencia”, hizo un descubrimiento sorprendente a principios del siglo XX: nuestros cerebros no son tan rígidos como se pensaba. De hecho, en aquella época, muchos creían que una vez que llegábamos a la adultez, nuestro cerebro dejaba de cambiar; se pensaba que era un órgano que se desgastaba con el tiempo, como un carro viejo que ya no funciona. Sin embargo, investigaciones posteriores revelaron algo asombroso: aunque algunas células cerebrales pueden morir con el envejecimiento, otras pueden adaptarse y reconectarse.
Marleny y Carmen agregaron, mientras servían uno de sus deliciosos refrigerios: “¡Es verdad! En algunos casos, incluso pueden regenerarse. Ese fenómeno se conoce como ‘neurogénesis’ y es una prueba de que siempre tenemos la capacidad de aprender y crecer”. “¡Así es! Es como si tuvieras un jardín en tu mente”, dijeron Lérida y Jazmín, unas florecillas de la campiña francesa que asisten entusiastas a cada encuentro en el parque. “Siempre puedes plantar nuevas semillas y verlas florecer”.
Don Jorge escuchaba atentamente, sintiéndose más vivo que nunca. Decidió entonces que quería aprender a cantar como los pájaros jóvenes del bosque. Así que cada jueves se unía al grupo para practicar. Con cada intento de canto, los adultos lo animaban: “¡Vamos, Don Jorge! ¡Tú puedes!”. El loro empezó a experimentar con diferentes melodías y pronto se dio cuenta de que no solo podía cantar sino también inventar nuevas canciones sobre la vida y la esperanza.
Había una canción en particular que le emocionaba; cuando la cantaba hacía que el grupo se levantara a bailar formando un trencito mientras entonaban al unísono: “Si te vienen a contar cositas malas de mí manda todos a volar y diles que yo no fui…
”.
Los días pasaron y el loro se volvió famoso en el pueblo. La gente venía de lejos para escuchar sus canciones llenas de alegría. Así fue como el refrán “Loro viejo no aprende a hablar” perdió su poder en el corazón de todos. En su lugar, nació uno nuevo: “Nunca es tarde para aprender y soñar”. Y así, Don Jorge continuó volando alto y cantando fuerte, recordando siempre que la vida está llena de sorpresas y aprendizajes en cada etapa.
Abogada. Directora del Centro de Asesoría Legal Padre Olaso. Profesional con un gran sentido de la justicia, alto nivel de experiencia en materia procesal, hidrocarburos, Derechos Humanos de las mujeres y equidad de género y un verdadero interés por asesorar y orientar a particulares para la solución de problemas legales así como su acompañamiento en trámites ante instituciones públicas o privadas, habilidades para redacción de documentos y recopilación de documentación e información.
Dios te bendiga grandemente Diannaly, que hermoso aprendizaje, me siento honrada de conocerte, se que Dios nos usa como instrumento de fe y transformación para ayudar a otros a caminar en la vida, somos bendecidas para bendecir, te deseo todo el éxito y bendiciones infinitas que tanto mereces,abrazos desde la distancia.
Cada día le agradezco más a Dios por haberme llevado a conocer tantos seres hermosos y con tantas vivencias ..pero conocer a Diannalys es algo fuera de serie…un ser humano rico en todos los sentidos…gracias mi linda por permitirnos entrar en tu vida sagrada y la vida de nuestr@s otr@s herman@s que nos regaló la vida…gracias a todos por sus historias de vida y sus cuentos tan aleccionadores … Gracias Gracias Gracias…les amooo
Me gusta este tipo de cuentos donde se mezcla la imaginación con la realidad, sobretodo cuando es información bastante útil
También a mí me encantan este tipo de cuentos donde dejamos volar nuestra imaginación como cometas en un cielo azul y nuestro espíritu de eleva con ellos en una excelsa comunión de amor….les amoooo
¡Así es Don Jorge, se puede aprender hasta el último suspiro!, maravilloso cuento , ahora a contárselo a nuestros abuelitos. éxitos
Siiiii..un cuento enriquecedor que debe ser contado a todos los mayorcitos…les amooo
Excelente relato con un gran aprendizaje, nunca es tarde para aprender.
Jamás es tarde para aprender…nuestro cerebro se nutre con cada experiencia llena de rico amor y entrega…el saber no ocupa espacio decía mi papito…les amo
Siiiii..un cuento enriquecedor que debe ser contado a todos los mayorcitos…les amooo
Hermoso y refrescante! Todos los días aprendemos algo nuevo y nunca es tarde para comenzar nuevas experiencias! Pienso que la edad dorada es la mejor para aprender porque tenemos más tiempo para dedicarnos a nosotros! Gracias Diannaly te felicito por esa energía que nos transmites a todos!