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24 diciembre 2024
El 20 de diciembre es otra ocasión para reflexionar sobre la importancia de brindar apoyo a los demás porque es el Día Internacional de la Solidaridad Humana, proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2005. De acuerdo a este organismo es una jornada dedicada a celebrar nuestra unidad en la diversidad, recordar a los gobiernos la importancia de cumplir con sus compromisos internacionales y también concienciar al público sobre el valor de la solidaridad.
En efecto, el acto de ayudar desinteresadamente, actúa como un verdadero bálsamo que cura profundas heridas, fortalece nuestro espíritu y nos conduce a un lugar donde la paz y la armonía pueden florecer, por lo cual es importante que procuremos reemplazar nuestros hábitos de centrarnos exclusivamente en nosotros mismos.
Ya verán, que cuando hacemos el cambio consciente para apoyar a otros sin esperar nada a cambio, -que a fin de cuentas es una virtud que naturalmente tenemos-, pensamos menos en lo que queremos y encontramos consuelo y alegría en el acto de dar y servir. Por ello es importante seguir apoyando todas las formas de vida, incluyendo a nosotros mismos porque muchos también tenemos que aprender a cuidarnos. Al hacerlo, nos armamos con las herramientas necesarias para ofrecer un apoyo genuino a otras personas.
Así pues, este viaje hacia el servicio no debe basarse en lo que podemos recibir a cambio; más bien, debe surgir del deseo innato de amar y servir a todos, sin condiciones, dejando atrás la mentalidad de sólo recibir.
Teniendo en cuenta entonces que somos parte de una misma comunidad global interconectada, y aprovechando además esta hermosa época del año donde es costumbre realizar un balance de los logros alcanzados y plantearnos nuevas metas y objetivos, que podríamos intentar cambiar nuestra perspectiva, enfocándonos en lo adelante en cómo podemos ayudar a otros, con empatía y compasión.
Ser agentes de cambio, unirnos en solidaridad, ayudar a los demás y cultivar un sentido profundo de comunidad y esperanza, es un objetivo maravilloso para el próximo año que les propongo trazar, porque es accesible, específico, realista, alcanzable y medible, así que podemos lograrlo con éxito y aumentará la satisfacción personal mientras coadyuvamos a mejorar nuestro entorno.
No puedo finalizar sin agradecer a Dios por un excelente año y particularmente a Mujer y Ciudadanía a.c y a la Parroquia Universitaria de la Universidad Central de Venezuela, por su apoyo incondicional en el proyecto de formación a personas adultas mayores que realiza el Centro de Asesoría Legal Padre Olaso. Y por supuesto, a todas esas maravillosas personas de luz que suman y que regularmente asisten a nuestros talleres: Gracias por su confianza, amor, camaradería, entusiasmo, inteligencia, resiliencia -porque vaya que han tenido que sortear muchos desafíos en estos tiempos-, humildad, empatía y un largo etcétera de virtudes. Que sigan acompañándonos con salud perfecta y dejando huellas por muchísimos años más en nuestra hermosa Venezuela.
Les deseo de corazón que el próximo año traiga nuevas oportunidades, esperanza y prosperidad para todos.
¡Juntos podemos construir un futuro más justo y solidario!
¡Felices fiestas y un próspero Año 2025!