Su libro “Los kuentos de Thaís”, fue escrito después de migrar a Orlando, Florida, en 2017
Fuente: El Universal
Por: Maritza Jiménez
10 de noviembre 2024
Thaís Badaracco Febres Cordero (Caracas, 1936), habla con notable corrección. La misma que lleva a su escritura, con el ritmo y la calma de una generación cultivada en el país que fuimos: “De la Venezuela de antes recuerdo, y añoro, el respeto por los valores de nuestra convivencia y de nuestra institucionalidad. Nunca imaginé verlos tan vapuleados, pisoteados, y finalmente, marginados. Me fui de mi adorada patria presintiendo lo que estaba por convulsionar, como en efecto aconteció, y me iba a ser muy difícil sobrevivir en esas condiciones”.
Desde Orlando, en el estado de La Florida, en Estados Unidos, donde se instaló en 2017, da a conocer su segundo libro, un volumen de cuentos bajo el sello editorial Letralia/FB Libros, disponible ya en Amazon, en el que esta escritora y docente jubilada comparte quince bien escritos relatos, en los que ciencia e imaginación van de la mano.
Se trata del segundo libro de esta escritora heredera de la tradición de su tío, el sabio e historiador del siglo XIX Tulio Febres Cordero, formada en Ciencia Política en la Università degli Studi, en Pisa, Italia, entre 1955 y 1960, y en Filosofía en la UCV, de 1965 a 1970. Marcial, el primero, escrito en 2005 y publicado por Comala, es una novela autobiográfica ambientada en la ciudad de Cumaná en los años 40 y los charas, o terrenos boscosos adyacentes.
Los kuentos de Thaís, confiesa, fueron escritos luego de su migración a “la ciudad bella”, Orlando, donde, dice, “obedeciendo al llamado inconsciente que me hacían ellos mismos para que los llevara al papel, lejos ya de toda imprevista turbulencia, tranquila, me dediqué a obedecerles”. Y todavía sigue haciéndolo.
Son cuentos que van de la realidad de la ciencia, a la ensoñación, el amor y la fantasía, con un depurado manejo del ritmo y la sintaxis castellana.
“Al proceder ciencia y literatura de la misma fuente, el hombre, obviamente de suyo ya están relacionadas”, responde. “Mas, en sentido estricto puede decirse que la ciencia persigue mantener al ser humano afianzado a la tierra con la mayor seguridad, mientras que la literatura le refuerza las alas de su imaginación para que se pierda en el mundo de lo inasible, de la abstracción, de la belleza, de lo imposible”.
-¿Cómo era el país en el que transcurrió su infancia y cuándo empezó a escribir?
-Comparada con la conmoción e imprevisibilidad de la época actual, puedo decir que mi infancia transcurrió en medio del sosiego y la idónea satisfacción de las necesidades propias de la edad. Y siguiendo con la comparación, igualmente puedo sostener que transcurrió disfrutando de una serenidad cuasi bucólica. Comencé a escribir con dedicación desde la escuela primaria. Amaba tener siempre un lápiz en mis manos y escribir, escribir lo que él momento exigiera, ya fueran las diarias tareas escolares, ya los esmerados ejercicios de caligrafía con la plumilla y el tintero, o alguna breve historia que me inventaba.
-Pero estudia Ciencia Política en Italia, y luego Filosofía en Venezuela, ¿por qué?
-Decidí estudiar la carrera universitaria en Italia, porque sentí un fuerte deseo de conocer la tierra de mis antepasados paternos, Génova. Así que al terminar el bachillerato le pedí a mis padres que satisficieran ese gran anhelo, y ellos, comprensivos como siempre, me prepararon el viaje. Pero no me establecí en Liguria, sino en Toscana, la única, la incomparable Toscana, precisamente en Pisa, pues allí residían unos entrañables amigos que me recibieron con gran entusiasmo y familiaridad. A mi regreso a Caracas decidí estudiar Filosofía para satisfacer otro deseo que siempre había permanecido rezagado en mi corazón.
En el diseño curricular de esa carrera entra la lógica matemática, materia que Thais Badaracco dictó en el Instituto Universitario Politécnico Luis Caballero Mejías, hoy Universidad Nacional Experimental Politécnica Antonio José de Sucre, de la que se jubiló en 1994. “Impartí durante quince años esa novedosa e interesante materia. Se trata de aplicar el formalismo de las matemáticas a los razonamientos lógicos, de ahí que esté incluida en el programa de ingeniería”.
“No sé si poseo un estilo literario particular”, responde al comentario de su tratamiento romántico. “Me inspira siempre la vivencia del momento, la que vuelco al papel con toda la genuinidad y veracidad posibles. Aunque tengo que añadir que, al escribir, de manera natural, la realidad y lo imaginario se entrelazan como si una y otro compartieran el mismo escenario esencial. Pero no descarto que también pueda ser romántica al tratar ciertos temas con el fervor y el apasionamiento que requieren”.
-¿Qué opinión le merece la literatura de las nuevas generaciones?
-La literatura actual, y la juvenil, con sus nuevos géneros y particularidades, considero que está, y estará, impregnada de los bruscos cambios que día a día impactan nuestro mundo: el cruento emerger de la tropelía en el poder; el desconcertante cambio climático; la entronización de la comunidad LGTBQ; los indetenibles avances de la IA y, por sentado, de la física cuántica. Finalmente, las sacudidas de las diferentes guerras entrecruzadas, que dentro de poco me impedirán hasta escribir, pues están pugnando por transformarse en una única guerra mundial.
@weykapu