La venezolana conquista su cuarta corona mundial en el último salto después de verse sin medallas durante todo el concurso
Fuente: ABC
Por Javier Asprón
25 de agosto 2023
Es el show de Yulimar Rojas. Pasen y vean a una atleta apasionada y efervescente. Un ejemplo de motivación en el trabajo. Una estrella planetaria capaz de hacer que un estadio repleto contenga la respiración para verle ganar un oro mundial in extremis, cuando todo estaba listo para que en Budapest cayera una de las torres más altas del atletismo.
Acostumbrada a una superioridad abrumadora, la venezolana sufre como nunca en un concurso que muestra un nivel excelente desde el inicio. La ucraniana Maryna Bekh-Romanchuk alcanza los 15,00 metros ya al primer intento. Y parece que se pican la cubana Leyanis Pérez (14,96) y la jamaicana Shanieka Ricketts (14,84). La campeona aún no ha empezado su concurso y las medallas ya están carísimas.
Puede que eso le distraiga, porque no empieza bien. Nulo en el primer intento, un salto de 14,33 en el segundo y, aún peor, otro de 14,26 en el tercero. Es octava a esas alturas. Incluso tiene que esperar al salto de la italiana Ottavia Cestonaro para ver si se queda fuera de la mejora.
Ya sabe que algo no funciona. Frunce el ceño y busca con la mirada el consejo de Iván Pedroso, el maestro al que aspira a batir algún día por palmarés. Hoy lo tiene un poco más cerca. «Yo creo en ti», le grita el cubano. «Saca esa Yuli que llevas dentro».
A ella le toca iniciar esa mejora, y lo hace con un nuevo nulo. Crece el rumor en el estadio. Repite salto inválido en el quinto y la situación se pone crítica. La dominiquesa Thea Lafond, mientras, salta 14,90 y pone el bronce incluso más difícil.
Yulimar, que acompaña cada uno de sus intentos con un catálogo de gestos excesivos, de conversaciones consigo misma que la van cargando de energía, afronta en el sexto uno de los brincos más decisivos de su vida. La campeona olimpica y triple campeona mundial, al borde del abismo. Son 18 zancadas que se hacen eternas, dos brincos más y un último salto que deja al estadio en silencio. Por fin sale la marca: 15,08. Yulimar no lo celebra, pero siente la liberación.
Aún debe esperar a que acaben sus rivales. El nivel sigue altísimo. La cubana Liadagmis Povea se va a 14,86 y solo le da para ser sexta. Asusta de nuevo Ricketts, quinta con 14,92. Y queda Behk-Romanchuk, el mayor peligro, que cierra con un nulo.
Solo entonces se vio celebrar a la caraqueña. Volver a ser ella.
«No me encontré técnicamente y y psicológicamente estaba sufriendo», admite después en la zona mixta del estadio de Budapest después de un interminable transitar por cadenas de televisión de medio mundo. «Pero sabía que físicamente tenía el salto. Estoy contenta de poder conseguirlo , de poder sacar esta guerrera que no se da por vencida ante nada».
Desde 2016, en los Juegos de Río, Yulimar no sabe lo que es perder en una gran competición. Tampoco acostumbra a hacerlo en los mítines. Solo Shanieka Ricketts fue capaz de derrotarla en la Diamond League de Mónaco de 2021. Este tipo de sufrimientos no parecían ir con ella. «Se ha convertido en una noche especial porque hacía muchos años que no pasaba por estas dificultades. Es un título muy trabajado. ¡Hasta nerviosa estaba!».
Noah Lyles, doblete sin récord
Noah Lyles cumplió los pronósticos en el 200 y logró el doblete que buscaba en Budapest (aún optará a un tercer título en el 4×100), pero quedó lejos del récord del mundo de Usain Bolt que tanto había cacareado. De hecho, su 19.52 ni siquiera mejora su mejor marca personal del año. Lyles batió a Erriyon Knighton (19.75) y Letsile Tebogo (19.81).
Más cerca de la plusmarca planetaria se quedó Shericka Jakcson en la final del 200 femenino. La jamaicana (21.41) se coloca segunda de todos los tiempos, a solo siete centésimas del registro de Florence Griffith.
Gabrielle Thomas (21.81) ganó la partida a la campeona del 100, Sha’Carri Richardson (21.92) en la pelea por la plata.
La única representación española se dio en el 4×100 femenino (Lucía Carrillo, Jael Bestué, Paula Sevilla y Carmen Marco), eliminadas en las semifinales tras acabar sextas con 42.96.