Isabel Viña, medico residente de endocrinología y divulgadora, crea el contenido más interesante de Instagram. Su especialidad: las hormonas. Su fuerte: los suplementos. Hablamos con ella en exclusiva
Fuente: Vogue
Por Silvia López
31 de octubre 2023
En una era en la que la desinformación es norma y las redes dan repercusión a tantos discursos inconsistentes, la presencia de la doctora Isabel Viña en Instagram resulta un verdadero oasis. Basándose solo en la evidencia científica, esta endocrina (MIR en la Fundación Jiménez Díaz) transmite con calma y claridad mensajes que mejoran la calidad de vida de sus fidelísimos 155.000 seguidores (y subiendo), que la consideran su otra médica.
Aquella a la que es posible preguntar todo lo que tu médico no quiere o no sabe explicar. Por ejemplo, la necesidad de suplementarse para complementar la dieta. O la cantidad de alternativas naturales (y científicamente probadas) que pueden ayudar contra el insomnio, la endometriosis, la infertilidad o la fibromialgia, por nombrar algunas. Sensible, paciente y con excelentes dotes como comunicadora, la propia doctora Viñas además padece esclerosis múltiple, lo cual multiplica la empatía de su mensaje de forma que su calidez transciende las pantallas. Comparte con sus seguidores sus estrategias (emocionales y de todo tipo) para hacerse cargo de su salud. Una responsabilidad que la doctora quiere que todos asumamos. En Vogue.es hemos hablado con ella.
Lo que todas las mujeres deberían saber…
“A una mujer sana, de entre 30 y 50 años, a la que no han diagnosticado ningún problema de salud, lo primero que le diría es que no tenga miedo a responsabilizarse de su salud. Un gran poder como es la salud conlleva una gran responsabilidad. Esto implica un poco cambiar los estándares. Por suerte, se ha dado una democratización de la sanidad y la información sanitaria.
Lo segundo es que, ya que la información es poder, que siempre recurran a información de buena calidad. Sé que es complicado encontrar una fuente fiable. Creo que personal con un perfil como el mío, que no solo somos médicos, sino que además estamos constantemente actualizando nuestros conocimientos, somos los que debemos dar un paso al frente y tomar la responsabilidad de divulgar a la población para que esta responsabilidad no caiga en manos de personas no bien formadas como, lamentablemente, ha ocurrido durante muchos años. Teniendo en mente que toda información debe ir con la premisa de no hacer daño, lo primero.
Lo tercero, que no tengan miedo a preguntar a su médico, a solicitar pruebas que consideren que pueden contribuir a mejorar su estado de salud. Al final, lo que no mides no se sabe. Si tú te sientes mal pero no sabes cómo tienes tu vitamina D, tu insulina, tu vitamina B12 o tus estrógenos, no tienes nada para cuantificar eso. Y por suerte o por desgracia, la medicina se mueve mucho por cosas cuantificables. Un médico puede mejorar tu calidad de vida, pero necesita saber cómo te encuentras.
Por último, que recuerden lo importante que es prevenir. Vivimos en una era de medicina reactiva. Es decir, voy al médico, me preocupo de mi salud cuando me encuentro mal. Y creo que eso es llegar tarde. Creo que el nuevo concepto de la medicina, y más concretamente en mi caso, en las hormonas y el metabolismo, es mantenerte el máximo tiempo posible libre de enfermedad. Si realmente queremos vivir más años y que esos años tengan calidad de vida, no podemos vivir a remolque de la enfermedad. Tenemos que prevenir, tenemos que anticiparnos. Cuando hay que prevenir es ahora, que es cuando lamentablemente menos nos importa nuestra salud, porque como nos encontramos bien”.
El papel de los suplementos
“A mí me gusta dar consejos un poco diferentes, pero que nos ayuden a entrar en el círculo virtuoso. Porque si yo le digo a las lectoras de Vogue.es que, para vivir mejor hay que dormir más, relativizar las cosas, hacer ejercicios o comer frutas y verduras, creo que estas lectoras, como personas bien informadas, me dirán que todo eso lo saben.
Me gusta mucho expresarme con metáforas: digamos que todos los consejos anteriores serían la base de la casa. Si tú quieres ducharte, necesitas unas tuberías. Sin ellas, por mucho que tengas paredes, no te vas a poder duchar. ¿Vale? Esas tuberías (que muchas veces se pasan por alto o la gente no lo sabe o los médicos nos informamos) son las ayudas en forma de suplementos (que no fármacos) que nos ayudan a llegar a un punto en el que el estilo de vida no llega. Yo, por ejemplo, debo confesar que, aunque me sé toda la teoría, no duermo lo que debería. Entonces una de dos. Puedo culparme y eso causa más estrés o asumirlo. Y una vez que lo asumo, digo ‘vale, si no estoy durmiendo y mientras pongo remedio, voy a tomarme ciertos suplementos que me ayuden’”.
¿Cómo podemos adelantarnos las mujeres a los cambios hormonales que vamos a experimentar?
“Lo primero es el estrés y su manejo. El estrés crónico hace que se afecte el cortisol. El cortisol es una hormona hecha para elevarse en momentos puntuales del día, para ofrecerte una respuesta de alerta. Cuando tú estás estresada, esa respuesta de alerta se distorsiona. Para que te hagas una idea, si suena una alarma de incendios, la primera vez vas a salir corriendo, la segunda también. Pero si suena continuamente, hay un momento en que te desensibilizas. Si hay un incendio de verdad, puedes morir en el incendio porque no saldrás del edificio.
Esto es lo que pasa con el cortisol cuando tienes un estrés crónico, es decir, la alarma está continuamente sonando, tu cuerpo deja de responder al cortisol. Una capacidad de responder al estrés alterada tiene efectos que van desde una mayor predisposición a infecciones a un bloqueo de nuestra función reproductiva ¿Por qué? Porque si tú estás en un estrés continuo, no es el momento evolutivo de tener un bebé: si tu cuerpo siente que no puedes ni asegurar tu propia supervivencia, ¿cómo vas a asegurar la supervivencia de un ser nuevo?
Cuando tú estás en un estrés crónico, el cuerpo interpreta que optimizar la función metabólica no es su prioridad. El cuerpo, como si fuera un coche, dice ‘como yo no sé cuánto me va a durar este estrés, no puedo estar en quinta marcha, voy a ponerme en primera o en segunda para aguantar lo máximo que pueda la gasolina que tengo, porque no sé cuándo voy a encontrar una estación para recargar’.
Entonces, el metabolismo baja. Si el cortisol se afecta, repercute en la función reproductiva y en la función tiroidea, también en la insulina. ¿Por qué? Porque si tú tienes un estrés crónico, tú lo que necesitas tener es toda la glucosa en la sangre para que funcionen el corazón, el los riñones y el hígado, que son los órganos vitales que deben tener el azúcar muy disponible. En otras palabras, el cortisol crónicamente elevado te vuelve resistente a la insulina. La insulina no hace su efecto de meter el azúcar dentro de los músculos. ¿Y qué es lo que pasa? Se queda en la sangre y ahí predispone a resistencia a la insulina, a diabetes, aumento de grasa en el abdomen, etcétera Entonces esto implica que volviendo al origen, lo primero que pueden hacer las mujeres para cuidarse hormonalmente es regular el estrés”
¿Y cómo regulamos el estrés?
“Además de los consejos esenciales como cuidar el sueño, la alimentación o el ejercicio, hay suplementos pueden ayudar a modular el estrés. Mi favorito es un grupo de suplementos llamados adaptógenos, que son algo así como la vacuna frente al estrés. Dan una pequeña alerta a tu organismo, al que le dicen algo así como ”esto es lo que va a ser el estrés diario; prepárate, guarda energía”. Los adaptógenos dan al cuerpo una pequeña ventaja anticipatoria. Si sabes que el estrés va a ir por aquí, regulan la desregulación, valga la redundancia, del cortisol. Y entre estos adaptógenos, los que mayor evidencia y seguridad tienen, en tanto que pueden ser usados con personas sanas como personas que tienen ciertas patologías, la rhodiola, L-teanina, un aminoácido derivado del té, luego también funciona muy bien.
También algunos hongos, una especie de la que cada vez hay más evidencia científica de que cuentan con cientos de sustancias bioactivas. Lo que pasa que hasta hace poco tiempo no hemos tenido las estrategias en la industria de la suplementación para aislar esos principios activos. Los hongos, como por ejemplo el reishi, tienen unos compuestos que se llaman terpenos, que también actúan modulando esa regulación del cortisol. Y por último, también uno muy común, pero que a mí no me gusta porque no es recomendable para las personas con problemas de tiroides, es la ashwagandha.
Este espectro de suplementos se pueden tomar por la población general, no hay apenas problemas de interacciones con ningún nutriente ni con ningún fármaco común (luego ya hay fármacos específicos en los que habría que ver cada caso). Los estudios, incluso en personas enfermas y hablando de personas con fatiga tumoral, etcétera, han demostrado que estos suplementos ayudan a la persona a ser más resiliente.
Si tú con estos suplementos solucionas la desregulación del cortisol, también se regularán las consecuencias que ha tenido esa desregulación sobre la insulina, sobre los estrógenos, sobre las hormonas tiroideas, etcétera”.
Ha desarrollado un suplemento específico para mujeres
“Dentro de mi línea IVB Welleness Lab he desarrollado varios suplementos que pueden ayudar a las mujeres. Uno de ellos, para ambos sexos, esTyroEnergy, e incluye varios compuestos para optimizar la función tiroidea.
Luego está FémmeBalance, el suplemento especial para las mujeres, diseñado más específicamente a regular la pérdida del balance hormonal entre los estrógenos y la progesterona y la testosterona, que pueden estar derivados, tanto de un estrés crónico como de un exceso de activación de la testosterona en la piel o, por ejemplo, de una situación tan común que afecta a casi seis de cada diez mujeres como es el ovario poliquístico”.
¿Se puede desligar el acné de las hormonas?
“Cada vez más es más frecuente ver mujeres de entre 30 y 60 años que ya no están en la adolescencia con acné. Se asoció a la mascarilla, pero ya no la llevamos y el acné sigue. ¿Por qué? Porque todo acné en el fondo es hormonal, o sea, no puedes tener hablar de acné sin hablar de hormonas. Y no puedes hablar de hormonas sin hablar de estrógenos, testosterona y inflamación y cortisol. Entonces muchos casos de acné sin otra enfermedad alrededor es porque nuestras glándulas sebáceas trabajan en exceso. Por motivos que a día de hoy se desconocen. Pero si las mujeres no tienen otro problema más que brotes recurrentes de acné y caída del cabello inexplicables por otras causas (como déficit de hierro o enfermedad autoinmune), esto se debe a que hay una hiperactivación local de los andrógenos.
El suplemento FemmeBalance ayuda a que esa activación no se produzca de manera natural, ya que no tiene ningún componente hormonal, porque al final son suplementos y no fármacos. Es democratizar un poco la salud a las mujeres que no necesariamente tengan que ir al médico, porque soy consciente de la lista de espera y que hay en la sanidad pública. Sabiendo que en internet hay mucha información y que se pueden comprar ciertos suplementos similares sin la seguridad y la eficacia de que lo que hay es lo que pone, he decidido hacer mi propia línea. Así me aseguro de que lo que yo pongo en es lo mejor”.
Los suplementos, lamentablemente, han estado en un vacío legal en el que cualquier persona con cualquier formación puede hacer un suplemento, al contrario de lo que sucede con los fármacos, cuya calidad está más controlada. Nuestro objetivo es llevar al mundo de la suplementación un nuevo estándar de calidad y seguridad”.
¿Cómo sacas tiempo para ti? ¿Y para encajar tu propio diagnóstico?
“No sé hasta cuanto tiempo voy a poder sostener esto. Al final, todo se sostiene en una sola persona, yo. Lo que ves es lo que hay. Probablemente estoy un poco imbuida y la la bola está muy grande. Quiero intentar aprovechar, sobre todo porque creo que estoy en un punto en el que puedo ayudar a mucha gente. Pero también tengo mi propia batalla personal, mi trabajo en el hospital (que me encanta), mis estudios porque nunca dejo de formarme. Además, tengo mi vida y mi salud personal, que no está lamentablemente acompasada con todo mi éxito profesional.
Tengo una hepatitis autoinmune y esclerosis múltiple, todo esto desde los tres años. Hasta entonces era una persona completamente sana. Al llegar la pandemia, mi trabajo en urgencias, con toda la carga emocional que conllevaba ver cientos y cientos de muertos a diario y sin saber, sin tener protección. Hay aspectos de las condiciones en las que los sanitarios trabajamos en ese momento que quizá nunca salgan a la luz por por lo dramáticas que son. En mayor o menor medida, nos ha afectado a mucha gente que hemos estado trabajando ahí. Yo soy el primer ejemplo de cómo puede afectar el estrés a una persona predispuesta genéticamente. En las enfermedades autoinmunes tú estás predispuesta. Pero lo que aprieta el ga
Entonces, ¿cómo lo llevo? Me cuesta. Pero me anima muchas veces meterme en mi Instagram y, aleatoriamente, abrir uno de los más de 800 mensajes que tengo. De manera sistemática todos los días tengo un mensaje de una persona que me agradece lo que he hecho por su salud. Eso realmente me compensa muchos de los sacrificios. Pero soy consciente de que estoy muchas veces al límite de hasta mis propias capacidades”.
¿Cuál es, en tu opinión, la mejor pauta dietética?
“Hay numerosos estudios en diversas direcciones. El punto en común que es que cada persona apueste por una alimentación que pueda sostener en la que se prioricen los alimentos naturales y, sobre todo, que priorice la fibra. Todas las demás consideraciones son agentes secundarios, estamos perdiendo el bosque por ver el árbol. Busca una alimentación que tú disfrutes y te permita vivir más años de vida, que trabaje con tu cuerpo, tu metabolismo y tus hormonas para ganar en longevidad y calidad de vida. Esto, en cada persona tendrá sus matices.
La fibra es un nutriente que la gente lamentablemente asocia solo a ir al baño. Sin embargo sabemos que la fibra, y no necesariamente la insoluble, tiene efecto probiótico, efecto regulador de la insulina, regula la microbiota, regula la permeabilidad intestinal, regula las hormonas que mejoran la sensibilidad de insulina…
A la vez, la fibra prebiótica estimula la producción de unas sustancias que estimulan al nervio vago, fundamental para la correcta modulación de el sueño, de la digestión, de la depresión, de la motilidad intestinal”.
¿En qué alimentos encontramos la fibra prebiótica?
“La fibra prebiótica está fundamentalmente en verduras, frutas y almidón resistente. Sobre todo en la cebolla, en el ajo, en los espárragos, en la alcachofa y en el puerro, en el caso de las verduras. En cuanto a frutas, especialmente la manzana y los frutos rojos. Luego, el almidón resistente lo podemos hacer nosotros en casa. Yo cocino arroz, pasta, patata o legumbres. Después, lo meto en la nevera, que se enfríe. Lo saco y lo vuelvo a calentar. Ese proceso de cocinar, enfriar y volver a calentar cambia la estructura molecular del almidón. Lo hace resistente a la digestión, pero accesible a tu microbiota. Pueden tomarlo hasta los niños, a los que muchas veces les gusta lo integral. Pues mira, incluso el arroz blanco se puede hacer más sano”.
¿Por qué acudir a un endocrino, además de desear perder peso?
“Hay muchos problemas que te puede resolver un endocrino y la gente lo ignora. Si el pelo se te cae, si estás más cansada, si te levantas con la cara y los ojos más hinchados, si te cuesta concentrarte… Todos pueden ser síntomas de una baja función tiroidea. Luego, por ejemplo, que tengas un exceso de acumulación de grasa en el abdomen, que te salgan más estrías rojo venosas, que tengas una bastantes hematomas, que tengas hipertensión. Eso puede ser que tienes un exceso de cortisol, por ejemplo. Si has perdido mucho peso de golpe o de repente tengas mucha sed y mucho apetito por el dulce. Eso puede ser una diabetes. Si de repente notas que te falta la líbido o has perdido la menstruación. Eso puede ser que tienes un exceso de prolactina (que también afecta a algunos hombres). Si tienes problemas de infertilidad también debe acudir al endocrino. En realidad, yo te diría, ¿quién no se beneficia de consultar con un buen endocrino?”.
¿Y para tener una piel más bonita?
“Siempre es bueno ir a un dermatólogo, prestar atención a nuestra hidratación, usar protector solar y cremas de las que las lectoras de Vogue sabrán muchísimo. ¿Cómo podemos mejorar la piel desde dentro? Desde el punto de vista de la sumplementación, para la hidratación, la elasticidad y la firmeza me gustan mucho los péptidos de colágeno de tipo uno y tipo tres, que están sobre todo en el propio colágeno marino, bovino y porcino. Sé que hay polémica, pero he leído más de diez estudios que han demostrado su eficacia. También me gusta mucho en suplementos orales el ácido hialurónico, porque también ha demostrado mejorar los parámetros de elasticidad de la piel.
Luego, para prevenir esas manchas que se forman por un exceso de melanina, por un exceso de de oxidación, me gustan mucho la coenzima Q10, la vitamina C y el extracto de corteza de pino francés, uno de los pocos antioxidantes que entra dentro de la célula y consigue reducir la cantidad de melanina de la piel. Ese sería para mí un cóctel brutal de suplementos para mejorar la calidad de la piel: péptidos de colágeno, ácido hialurónico, vitamina C, coenzima Q10 y el extracto de corteza de pino francés”.