La hora y el minuto del empoderamiento femenino

“Cuando las mujeres entran en fase menopáusica, bajo el influjo directo de la pérdida estrogénica y progestágena, se remodela su cerebro, ganando el empoderamiento imprescindible para cambiar su destino”, establece la Dra. Carmen Sala Salmerón, tocoginecóloga de la Clínica Gine-3 de Barcelona

Dra. Carmen Sala

Fuente: EFE
Por: Gregorio Del Rosario
24 de julio 2024

En un videoblog especial, dedicado a todas las mujeres, la Dra. Carmen Sala, experta en su calidad de vida, celebra que sus congéneres digan “se acabó” a un periodo de fertilidad que ha condicionado absolutamente su total desarrollo personal, social y laboral.

“Desde la adolescencia hasta casi el inicio de la menopausia nos han ido inculcando sistemáticamente la necesidad de encontrar pareja, formar una familia, buscar un trabajo adecuado y, sobre todo, realizar una función de la que no hemos sido muy conscientes: complacer siempre a los demás”, atestigua.

“A lo largo de nuestro periplo vital hemos complacido a l@s amig@s, a nuestras parejas, a nuestr@s hij@s, a l@s compañer@s de trabajo, a nuestros padres y madres, incluso hemos complacido a nuestros suegros y suegras”, subraya.

Menopausia, la llave del empoderamiento de la mujer

Una mujer tiene su primera regla o menarquia hacia los doce años y deja de aparecer hacia los cincuenta; es decir, está conviviendo con la función estrogénica alrededor de 38 años. Esa mujer, ya sin producción de estrógenos, alarga su vida más o menos hasta los 85 o 90 años.

“Con la disminución de los estrógenos y el inicio de la menopausia, la mujer pierde capacidad de hacer múltiples cosas a la vez”, destaca la Dra. Carmen Sala.

“Por ejemplo, imaginad a una mujer de 30 años con dos niños, en la cocina, dándoles de cenar, poniendo la lavadora a la vez, colocando táperes de comida cocinada en la nevera, haciendo listas de la compra, recados, gestiones varias o recabando citas para su propio cuidado”, expone.

Y por si fuera poco, escuchando los tonos y melodías del WhatsApp enmascarados en el volumen histriónico de una delirante serie televisiva.

“A cierta edad, cuando la menopausia atraviesa tu perfil de lado a lado, te concentras en una sola y única tarea… Y la haces bien, ya que las mujeres pierden la habilidad de realizar diferentes labores alternativas en un mismo espacio temporal”, manifiesta.

En este sentido, con la disminución de los estrógenos, las mujeres “se quitan”, en cierto modo, un peso de encima: la fertilidad.

“Que si me quedo embarazada, que si no me quedo… Que si tengo que ir a gine a cambiarme el DIU… Que si he olvidado tomarme la píldora anticonceptiva… ¡Se acabó la fertilidad, se acabó!”, apunta.

Y no sólo se acaba la fertilidad, sino que se acabaron los ciclos menstruales.

“Ahora me duele el pecho porque me ha bajado la regla… Ahora estoy de mal humor y tengo irritabilidad porque tengo el síndrome premenstrual… ¡Se acabó, ya no eres cíclica!”, recalca.

Asimismo, las mujeres sienten un renovado impulso profesional que invade todo su ser en la etapa menopáusica.

“Cuántas mujeres me dicen… Quiero cambiar de trabajo, estoy cansada de mi actividad laboral de tantos años. Tengo deseos de desarrollarme en una nueva profesión”, menciona.

Además, aumentan su creatividad: “Toda mi vida he querido estudiar Arte porque es mi inclinación intelectual”, le cuentan a su gine.

Pueden matricularse en la universidad, incluso algunas cursan una carrera con más de 60 años de edad, o deciden estudiar idiomas (“En mi época aprendí francés -le comentan- y ahora tengo cosita con el inglés”).

“Esta nueva situación menopaúsica se resume en una palabra que he aprendido recientemente: empoderamiento. Yo no la había escuchado en mi vida… ¿Las mujeres se empoderan?… Pues sí, se empoderan”, dice orgullosa Carmen Sala.

En esta sorprendente y revitalizada etapa de su vida, estas mujeres aseguran que “ya han cumplido con todo lo que tenían que hacer y les toca la fase de empoderamiento… y se empoderan”, reafirma.

También, disminuye su estimulación para estar o ser más atractivas físicamente.

“Cuántas mujeres me comunican que han decidido dejarse el pelo blanco, sin teñirse cada quince días. Se ven guapas con sus canas blancas, con su melena de nieve reluciente”, describe.

“¡Ah!, y muchas, como yo, nos libramos de los dos o tres kilillos de grasa acumulada en la cintura vistiendo ropa sueltita“, evidencia.

La menopausia, además de los clásicos sofocos o de un inopinado aumento de peso, acarrea atrofia vulvovaginal; por lo que conviene informarse sobre aquellos tratamientos que porporcionen a las mujeres una sexualidad sana y un mayor bienestar personal.

“Igualmente, cabe indicar que las mujeres a cierta edad son más directas, más francas; no mienten… ¿Sabéis por qué? Porque no tienen necesidad alguna de de mentir… Intuyen con quién quieren estar y perciben con quién no quieren relacionarse”, ilustra la ginecóloga.

“Es decir, ¡se acabó!… Nos importan un rábano las obligaciones impuestas y lo que piensen de nosotras este, esa y aquella, o el de más alla”, asienta la Dra. Sala desde su cátedra.

Tanto es así que surge una figura importantísima en la vida de estas mujeres: su amiga.

“Claro que habías tenido amigas, para hablar, tomar un café o salir a ligar, no para este periodo vital… Es una amiga como compañera, amiga para ir al cine, amiga para ir al teatro, amiga, incluso, para contemplar puestas de sol en las playas más lejanas”, planea.

“Y sobre la pareja -coge aire-, ¡qué queréis que os cuente!… Yo sólo puedo hablar de la mía, con la que llevo casada 43 años: ya he hecho con él todo lo que tenía que hacer“.

“Hemos cimentado, levantado y cuidado juntos cada detalle de la Clínica Gine-3; he criado a nuestros dos hijos, ambos médicos y ginecólogos… ¿Y ahora?… El concepto sociocultural me ‘aconseja’ que toca cuidarle en la vejez”, sentencia Carmen Sala Salmerón.

¿Se acabó la imposición o es la hora y el minuto del empoderamiento de la mujer?

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