
Fuente: EFE
Por: Carmen Sigüenza/Alicia García de Francisco
7 febrero 2025
La película Memorias de un cuerpo que arde, dirigida por Antonella Sudasassi Furniss, muestra cómo se puede derribar un tema tabú como es el del sexo en la tercera edad en medio de una sociedad invadida por el culto al cuerpo joven, sin arrugas, pulido y perfecto hasta restarle incluso toda humanidad.
Una película que está siendo toda una sorpresa para bien. Ganadora del Premio del Público en la Sección Panorama de la Berlinale 2024 y del Premio otorgado por Radio Exterior en la 50ª edición del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, la película ha sido nominada al Premio Forqué y a los Premio Goya a la Mejor Película Iberoamericana, que se celebran el 8 de febrero en Granada.
Además, ha sido la película seleccionada por Costa Rica para representar a su país en la carrera de los Premios Óscar.
La vida sexual en la vejez, tras un marido machista
La película retrata la historia de Ana, Patricia y Mayela, que educadas en una era represiva donde la sexualidad era un tabú, fueron encontrando el significado de la feminidad a través de reglas tácitas e imposiciones implícitas. Ahora, sus valientes voces se encarnan en una sola mujer de 65 años, interpretada por la actriz Sol Carballo, que revisita una vida caleidoscópica que entrelaza recuerdos, secretos y deseos ocultos.
“Esta película es la conversación que nunca tuve con mis abuelas. Para mí, entender la historia de estas mujeres es entender mi presente, entender mi lugar en el mundo, cómo y por qué llegamos aquí. Es una oda a las mujeres creadoras del universo, que nos parieron, que nos cuidaron, que nos invitaron a cuestionar para que hoy las cosas sean distintas para nosotras ”, explica Sudasassi.
“Fue una conversación como para tratar de entender cómo pudo haber sido esa vida para mis abuelas, pero también cómo se vive la sexualidad en las diferentes etapas de la vida”, argumenta la realizadora en una entrevista por vídeo con EFE desde Costa Rica sobre una película que comenzó su andadura en la Berlinale, donde se llevó el premio de la audiencia de la sección Panorama.
¿Hay deseo, libido, tras los 65…?
Sudasassi quería entender si en la vida más adulta existe todavía la libido, el deseo o el placer sexual. Si se mantienen relaciones sexuales o cómo se maneja este tema si están solteras.
“Y de repente, inmediatamente, hablando con estas mujeres, me di cuenta de que el cómo entienden su sexualidad ahora pasa mucho por repasar cómo la fueron entendiendo y aprendiendo a lo largo de su vida. Entonces la película se convirtió de alguna forma en eso, en las memorias de estas mujeres”.
Todos esos testimonios le sirvieron a la directora para construir el personaje protagonista, una mujer que cuenta su vida, desde su infancia, en la que sufrió abusos, a un matrimonio en el que su marido la violaba continuamente mientras su padre le decía que eras su cruz y era lo que tenía que aguantar.
Sol Carballo, una bailarina sin experiencia en la actuación, aceptó el reto de desnudarse ante la cámara poco después de haber sufrido una mastectomía, porque para la realizadora era esencial visibilizar el cuerpo que envejece, las canas y las arrugas, era lo que le pedían las historias que le contaban las mujeres.
Mujeres para quienes la sexualidad sigue siendo un tema tabú, que nunca antes habían hablado de este tema con nadie y que quisieron permanecer en el anonimato, lo que abocó a Sudasassi a convertir sus historias en una ficción que le ha costado cinco años poner en pie.
Una película que tiene similitudes con un documental de la española Elena López Riera, ‘Las novias del sur’, que se estrenó en el pasado Festival de Cannes y que también estará en los goya y que ahonda también en la sexualidad de mujeres mayores.
“Estamos en un proceso de aceptación del envejecimiento“
“Leí sobre él y me gustaría muchísimo verlo precisamente por ese diálogo que pudieran tener”, por la comparación entre el contexto español y el costarricense, reflexiona Sudasassi, para quien son dos proyectos que han podido ver la luz por el momento de mayor apertura que vivimos en relación a estos temas.
Aunque también reconoce que “falta mucho camino por recorrer”. “Siento que como sociedad seguimos obsesionados con el cuerpo perfecto de la mujer, con la juventud”, señala la directora, que apunta a las imágenes de las alfombras rojas donde actrices veteranas como Nicole Kidman o Angelina Jolie aparecen perfectas, sin una sola cana o arruga.
“De alguna forma creo que todavía estamos en un proceso de aceptación del envejecimiento”, agrega Sudasassi sobre el tema que trata la que es su segunda película tras ‘El despertar de las hormigas’ (2019), que fue la primera costarricense en ser nominada al Goya, el principal premio de la cinematografía en España.
Ahora, regresa a los Goya con una película pequeña, “una propuesta más híbrida entre documental y ficción” que compite en su categoría de mejor cinta iberoamericana con grandes producciones que en algunos casos tienen detrás a plataformas potentes.
Eso le da pocas posibilidades de hacerse con el premio, pero para ella, el estar nominada ya es un orgullo, además de una oportunidad de “llevar el mensaje todavía a más gente”.
La película, que estuvo nueves semanas en cartelera en Costa Rica y que se estrena en España el 21 de febrero, competirá en la gala de los Goya en Granada con ‘Ainda estoy aquí’, de Walter Salles (Brasil); ‘El jockey’, de Luis Ortega (Argentina), ‘El lugar de la otra’, de Maite Alberdi (Chile) y ‘Agarrame fuerte’, de Ana Guevara y Leticia Jorge (Uruguay).