Sinopsis| Por: Mercedes Hidalgo

Mercedes Hidalgo

4 de septiembre 2024

Mirando por la ventana, pensaba y reflexionaba lo que había vivido hacía 6 años atrás, en el año 2018, cuando fui diagnosticada con esa terrible enfermedad. 

Estaba en el consultorio de la Dra. Mayela, cuándo después de chequear los exámenes que le había llevado me dice; “eso que tienes allí no es bueno, tienes cáncer“. Me abraza y me dice “quédate tranquila la ciencia hoy en día está muy avanzada, existen muchos tratamientos que te pueden ayudar a salir de esto“. 

Yo no salía de mi asombro por lo que acababa de escuchar y las lágrimas salían  de mis ojos. Sentí que me moría, no lo podía creer, pasó de todo por mi mente pero lo que más pensaba era que iba a morir. Pasaron unos minutos, sequé mis lágrimas y aun devastada por la noticia,- no sabía qué hacer, no quería ir a mi casa, quería estar sola pensar y llorar-, me retiré del consultorio, me fui a una parada de autobús y me senté…

Me preguntaba ¿qué voy hacer con todo esto que me está pasando? Dios dame fuerza, indícame el camino. Solo vi dos opciones: dejar que se me fuera la vida sin hacer nada o salir adelante con todo lo que me venía sin saber. Decidí recorrer ese camino desconocido para mí.

Con valentía y esperanza acepté el diagnóstico. En ese año no habían medicamentos para cumplir con todo el protocolo. Fueron dos años de tratamiento viviendo experiencias todas nuevas para mí. Recibí donaciones de personas que nunca imaginé, eso permitió que pudiera cumplir con el tratamiento a cabalidad.

Se me cayó el cabello, me quedé sin cejas, pestañas, mi cuerpo cambió y a pesar de todo ello pude salir adelante con este desafío que se presentó en mi vida. 

Puedo decir que esta parte del proceso fue la más dura que viví, pero esta experiencia también me permitió conocer muchas personas que coincidíamos cada 21 días o semanalmente, dependiendo del caso en la sala de quimio o en consulta médica: mujeres maravillosas que poco a poco hemos ido gestando una amistad que permanece en el tiempo. Nos llamamos hermanas de vida, todas juntas hemos podido vivir grandes momentos, aunque en el camino hemos visto partir a algunas de ellas.

Ha sido muy duro, hasta manifestaciones por la falta de medicamentos hemos realizado, pero a pesar de todo ello, hemos salido adelante.

He participado en desfiles de moda, sesiones fotográficas, entrevistas radiales y de prensa algo que nunca había pasado por mi mente ha sido algo maravilloso. Hoy en día represento una fundación de apoyo al paciente oncológico en la parte emocional y recreativa con terapias y paseos que los llamo “paseos con propósito”, tan importante para el paciente que en oportunidades se siente desmotivado y con falta de apoyo.

Al día de hoy solo puedo decir que el cáncer ha dejado en mí un gran aprendizaje. Aprendí a creer más en mí, a tener más fe y creer en ese Dios que aunque no lo veamos existe. Aprendí a valorarme más, a disfrutar cada momento que se presenta en mi vida a perdonar y no guardar rencor, y entendí que este reto (así lo veo hoy en día ) que me toco afrontar lo he vivido con mucha resiliencia, fortaleza. Y aunque esto no me exime de que la enfermedad pueda regresar, mientras esté viva y con buena salud viviré cada momento como si fuera el último día, es ley de vida que nos tengamos que morir.

Y con esto quiero dejar un mensaje para aquellas personas que han sido diagnosticadas o están pasando por este proceso. El cáncer no es una sentencia de muerte, desde mi experiencia puedo decir que la actitud es súper importante para afrontarlo con mucha fortaleza y por supuesto recibir el tratamiento adecuado en el tiempo indicado.

Mercedes Hidalgo es Abogada, bonchona, 55 años de edad. Ser humano con defectos y virtudes aprendiendo cada día a ser una mejor persona, viviendo un dia a la vez, agradecida con Dios.

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4 comentarios

  1. Qué historia tan poderosa y conmovedora la de Mercedes. Agradecemos profundamente su valentía al compartir un episodio tan significativo de su vida como sobreviviente de cáncer. Su fortaleza y resiliencia son un verdadero ejemplo para todos nosotros. ¡Larga vida a su espíritu indomable y a su inspiradora historia!

  2. Ne pareció muy interesante tu historia y la fortaleza que han tenido para enfrentarlo y seguir adelante te felicito

  3. Fui dama voluntaria durante 12 años en el Oncológico Luis Razetti. Allí aprendí mucho con los pacientes. Que tiene que ver con las emociones, que se puede revertir, que lo padece todo el entorno familiar y que es una batalla que con mucho amor se puede vencer. Me encantó tu relato. Gracias por compartir.

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