4 de septiembre 2024
Quiero contarles mi propia historia: una experiencia única, llena de mágicos momentos que la vida me regaló durante 27 años. Los llamo “mágicos” porque cada instante vivido está lleno de colores; esos colores que te alegran la vida.
Cuando has tenido un mal momento, al llegar a esos lugares “mágicos”, te encuentras con sus protagonistas: niños y niñas que se encargan de cambiar tu día con sus ocurrencias y con esas palabras que, aunque no siempre pronuncian bien, le dan sentido a tu jornada.
Sus tiernas caritas se iluminan como un sol cuando sonríen. ¡Son dulces! Porque al verlos sonreír es como saborear un pan de azúcar o un heladito de chocolate; embellecen tu rostro y dibujan una sonrisa en tu cara.
Esa inocencia que transmiten cuando les toca representar un personaje en una actividad—ya sea de piratas o dinosaurios—o bailar en una representación para sus padres, te brinda la paz que necesitas cuando crees que ya no puedes más.
Cada niño y niña que pasó por mi vida, con sus ocurrencias, fue construyendo mis días, haciéndolos más alegres y llenos de sentido de pertenencia y amor por lo aprendido.
Hoy doy gracias por esos lugares mágicos que la vida y Dios me regalaron, por esos momentos imborrables que guardaré por siempre. Cada instante vivido es un tesoro que atesoraré con gratitud.
Gracias a los Lugares Mágicos: Maternal Divina Pastora y Preescolar Argelia Laya.
Marlene Maicas es educadora vive en el Valle, miembro de Mujer y Ciudadanía y entusiasta participante de los talleres que imparte el Centro de Asesoría Legal Padre Olaso. Solidaria, amable, excelente ser humano.
Qué hermoso es recordar la conexión especial que se forma en los espacios de educación inicial. La magia que los niños traen con su inocencia es realmente transformadora, y es admirable cómo las maestras se convierten en heroínas en este proceso. Su dedicación y amor por la enseñanza crean un entorno donde la curiosidad y el aprendizaje florecen. Esta 2 de Marlene resuena profundamente, recordándonos la importancia de valorar esos momentos en los que se siembra la semilla del conocimiento y la alegría en los corazones de los más pequeños