Un estudio reciente detectó la presencia de metales pesados en productos de diversas marcas.
Fuente: El Cronista (Argentina)
14 de agosto 2024
Un reciente estudio reveló un dato alarmante sobre la composición de los tampones utilizados por millones de mujeres en todo el mundo.
Según la investigación, los tampones de varias marcas contienen metales tóxicos como arsénico, plomo y cadmio. Dichas sustancias podrían representar un riesgo significativo para la salud femenina.
El estudio científico, realizado por un equipo de expertos de las universidades de California, Columbia y Michigan, se centró en medir la presencia de metales pesados en tampones de diferentes marcas.
¿Qué materiales detectó el estudio en los tampones?
Entre las muestras analizadas en el estudio, que comparte el sitio web Mejor con Salud, se detectaron concentraciones de 16 metales diferentes, incluyendo los altamente peligrosos arsénico, plomo y cadmio.
Los resultados mostraron que los tampones no orgánicos presentaban mayores concentraciones de plomo, mientras que los orgánicos contenían niveles más altos de arsénico.
Este descubrimiento ha generado una gran preocupación, ya que la piel vaginal tiene una alta capacidad de absorción química.
Posibles fuentes de contaminación de los tampones
Los materiales utilizados en la fabricación de tampones, como el algodón y el rayón, pueden absorber metales pesados durante su cultivo y procesamiento.
Además, el agua utilizada en la manufactura podría contribuir a la contaminación de estos productos. También se sospecha que algunos metales se añaden intencionalmente durante la producción para controlar olores o mejorar la textura, lo que aumenta aún más el riesgo.
Riesgos para la salud
La presencia de metales tóxicos en los tampones plantea serias inquietudes sobre los efectos a largo plazo en la salud de las mujeres. Entre los posibles riesgos se encuentran:
- Alteraciones hormonales: El plomo y el cadmio pueden afectar el equilibrio hormonal, impactando la fertilidad y el ciclo menstrual.
- Problemas dermatológicos: El contacto prolongado con estos metales puede causar irritaciones y otras reacciones en la piel.
- Daño a órganos vitales: La acumulación de metales pesados en el cuerpo podría afectar órganos esenciales como el hígado, los riñones y el cerebro, además de causar enfermedades crónicas.
Salud femenina: ¿existen otras sustancias preocupantes?
No es la primera vez que se detectan contaminantes en productos menstruales. Estudios previos ya habían identificado la presencia de sustancias químicas tóxicas como PFAS, ftalatos y bisfenoles.
Aunque la presencia de estos químicos no siempre implica un daño inmediato, su exposición acumulativa podría tener consecuencias graves para la salud.
Recomendaciones para reducir riesgos del uso de tampones
Dado el potencial peligro de estos productos, es fundamental tomar medidas preventivas para minimizar la exposición a los metales tóxicos:
- Limitar el tiempo de uso: No utilizar tampones durante más de ocho horas consecutivas para reducir el riesgo de síndrome de shock tóxico.
- Optar por productos certificados: Seleccionar tampones de marcas que garanticen pruebas de seguridad y control de calidad, preferiblemente con certificación orgánica.
- Explorar alternativas: Considerar el uso de copas menstruales, toallas sanitarias de materiales orgánicos o bragas reutilizables, que pueden ofrecer opciones más seguras y libres de contaminantes.