Hace años escribí este artículo haciendo referencia a la situación política de Venezuela en el extinto portal y centro de grandes ideas elcolumnero.com. Les invito a leerlo porque a mi parecer la historia no solo no se equivoca, sino que constantemente extiende una invitación, a la de asumir responsabilidad (porque la tenemos, bien por omisión o acción) y a estar alerta para no dormirse en la confianza.
Hemos lanzado los dados hace muchos años, como individuos y colectivo implicó decisiones y consecuencias. Echamos a andar una historia en el país que dependiendo como salgamos de ella y las lecciones aprendidas evaluaremos y tendremos nuestro balance.
Los venezolanos entramos en la selva. Como en “Jumanji” nos está pasando de todo, problemas eléctricos, económicos, inseguridad, corrupción, narcotráfico, inflación, el león, las arañas, monos, la estampida, inundación, el cazador y para usted de contar. Al parecer no debe quedar títere con cabeza, es decir ningún área sin afectar, la práctica así lo demuestra. Lamentablemente no es un cuento infantil ni una película, es nuestra realidad. Es como si algo superior o muy inferior como el desgaste y el caos están pidiendo orden, no sin antes transitar el vuelo por instrumento.
Cuando de forma deliberada se comienza ir contra la corriente ésta subvierte como una tromba. El TSJ, CNE, el Ejecutivo, representan hoy una resistencia a un cambio que tarde o temprano se impondrá, claro está con secuelas importantes, no podemos ser tan ingenuos. Lo contraproducente de estas conductas no son visibles para quienes las actúan. Las costuras son tan contundentes que cuando decidan a dos manos tapar para sobrevivir o mantenerse ya no será posible, serán señalados por el tamaño de la rotura.
Cabalgamos distintos estados de confusión, entre desvaríos y alteración ante las posibles salidas a la situación que vive el país. Creo en una confusión sembrada, basada en un alto porcentaje real de no saber la dirección a tomar esperando el próximo zarpazo. Lo que las leyes en su concepción rigen, en Venezuela solo se interpretan, se ajusta y acomoda a intereses del ejecutivo y nuestra esencia constitucional ha sido tragada cada vez que esta va en contra de ese mantenernos como sea.
No podemos perder de vista lo que ha desencadenado todos estos hechos. La manipulación y el menosprecio a las masas, esa que creyó y confío comenzó a pasar factura, lastimosamente no discierne y refleja en su contenido de forma desbordada su frustración. No hay que ser vidente para vaticinar y comprender que acontecimientos que nos devuelvan el reconocimiento entre venezolanos han de presentarse, porque será una vía necesaria para construir algo distinto, no igual a lo que teníamos, solo distinto.
Veremos quién, qué, cómo, cuándo, dará origen al tan esperado acontecimiento, quizás sean varios los que preparen la reversa a la anarquía y desbarajuste en el que hoy nos encontramos, que den pie a la resolución, porque nada absolutamente nada nos llevará al inicio, obviamente, pero será un alivio escuchar ¡JUMANJI!
Ana Cristina García: Coach, mentora de cambios, Psicoterapeuta, dedicada a las Neurociencias Aplicadas, Conferencista y columnista de temas de fortalecimiento personal, Diplomada como Agente de Cambio de la Universidad Monteávila y Mujer y Ciudadanía, Creadora del Programa Acciones Conscientes para el Cambio ACC7
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